Andrés Ortega
El Foro Económico Mundial se abre hoy en el alpino pueblo suizo de Davos, donde me encuentro, en un clima de pánico financiero, de incertidumbre económica y miedo al futuro. «Nunca he visto una cosa así», comentaba ayer un empresario ante la crisis desatada. Esta vez el Foro va a hacer honor a su nombre, y se debería hablar más de economía que de política. No es que no previera lo que ha pasado.Todo lo contrario, sólo que no tan rápido. Un estudio sobre los riesgos sitúa en primer lugar el sistémico financiero.
El informe sobre los riesgos globales, elaborado para el Foro por la Wharton School y varios bancos a través de entrevistas con la élite económico-financiera recoge el temor a que la actual crisis de liquidez desate una recesión en EE UU en los próximos 12 meses y apela a repensar los medios para afrontar los riesgos financieros en respuesta a la revolución vivida por estos mercados en los últimos 20 años, a la que no se ha respondido con una capacidad de vigilancia y control equivalente. En el horizonte de una década, este estudio sitúa en primer lugar el riesgo sistémico financiero, con un carécter descentralizado. En segundo, la seguridad alimentaria, con los precios en niveles record, las reservas de alimentos en un nivel mínimo en un cuatro de siglo y una elevada vulnerabilidad de cadena de alimentación a una crisis internacional o un desastre natural. En tercer lugar figuran los temores ante la vulnerabilidad de la cadena de abastecimientos en general, y en el cuarto los suministros de energía y sus precios
Un sondeo de Gallup encargado por el Foro –La voz de la gente– refleja que el temor al futuro es marcado en Europa y en Norteamérica. Este pesimismo no es nuevo sino que viene arrastrando al menos desde el año pasado. Casi la mitad de los encuestados considera que el mundo será menos seguro dentro de una década. Europa (los sondeos no incluyen a España) es el continente más pesimista en estos términos de seguridad (69%) y de pérdida de prosperidad (54%). Nada sorprendentemente, en Oriente Medio las perspectivas sobre seguridad en el futuro son bajas. No así en África, el continente más optimista, al menos en los cinco país objeto del sondeo, quizás porque viene de muy abajo y la nueva riqueza petrolera y el aumento de los precios de las materias primas se está dejando notar. Las prioridades de la gente en el mundo son, por este orden, eliminar la pobreza, el crecimiento económico, la reducción de las guerras, la lucha contra el terrorismo y la protección del medio ambiente.
El sondeo, que refleja la opinión de 1.500 millones de personas del mundo también recoge que la gente se fía más de los hombres de negocios que de los políticos. El término «deshonesto» se aplica más a éstos que a los negocios, así como la idea de terner demasiado poder, responder a la presión de gente más poderosa, o falta de ética o falta de competencia. Entre las categorías que más confianza recaban están los profesores (34%), los líderes religiosos (27%), los líderes militares o policiales (18%) y los periodistas (16%). Los políticos (8%) llegan en último lugar, después de los abogados, los hombres de negocios y los sindicalistas. ¿Sorprendente? No tanto.