Una historia de la Feria de Fráncfort

Peter Weidhaas

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

En 1949 Alfred Grade y Heinrich Cobet, dos experimentados libreros alemanes, se propusieron la extraordinaria tarea de revivir la Feria del Libro siguiendo los modelos históricos de Fráncfort y Leipzig. El resultado, una sucesión de éxitos que se mantiene hasta nuestros días, propició que todas las nuevas ferias del libro creadas en el mundo a partir de esa fecha, lo mismo en Londres que en Pekín, en Moscú o en El Cairo, en Buenos Aires o en Bolonia, hayan seguido los mismos principios organizativos del evento que año a año reúne a libreros y editores de todas las latitudes en la bella ciudad alemana a orillas del río Meno. Peter Weidhaas, durante varios años director de la Feria, reconstruye aquí el fascinante proceso, lleno de contrastes y matices, que va de los tipos móviles de Gutenberg a la aplicación de nuevas tecnologías editoriales, y donde convergen impresores, libreros, editores y lectores: creadores de un circuito comercial que fue tan moderno en el pasado como lo es en el presente y cuyas raíces se remontan a la legendaria feria de 1464. Así, la esencia de estas páginas no es sólo el progresivo desarrollo de un mercado, sino la historia de una práctica cultural que, por sus alcances y objetivos, constituye una de las más nobles y trascendentes creaciones humanas.

Escrita no por un historiador sino por uno de sus protagonistas. Ésta es una de las posibles versiones de la fascinante historia de la feria más importante del mundo.

INTRODUCCIÓN

Tras haber sido durante largos años director de Feria del Libro de Fráncfort, decidí aprovecharlos conocimientos que adquirí sobre la estructura interna y la dinámica de esta herramienta del mercado, que fue tan moderna en el pasado como lo es en el presente, para contar su historia. Parto de las ferias de la época de la imprenta. Gutenberg aún vivía y es muy problable que haya ido personalmente a la Feria del Libro de Fráncfort de 1454. En aquel año ya se encontraría en la ciudad con un mercado del libro de gran actividad comercial. De ningún modo quiero decir con esto que el comercio de los libros comenzara sólo entonces en la Plaza del Mercado de Fráncfort. Se sabe ya que en 1370 se había organizado una Fería de los Libros, donde el predicador y místico holandés Geert Groote compró ejemplares para los escritorios de Los Hermanos de la Vida Común, hermandad fundada por él. Y ya desde el siglo XII – en Leipzig desde el siglo XIII – habían existido en Fráncfort ferias donde también se vendían libros copiados a mano.

     El paraje ubicado junto a un paraje del rio Meno surje a la luz de la historia cuando en el 794 Carlomagno convoca a un sínodo en «Franconofurt». Casi nueve meses permanece en aquel punto hasta ese momento casi completamente desconocido, convirtiendo así a Fráncfort en el sitio donde emanarán muchas decisiones de gran transcendencia para la Europa de la época.

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