
Ficha técnica
Título: Solo de viola | Autor:Antoine Volodine | Traducción: Ana Becciú | Editorial: Adriana Hidalgo Editora | Género: Novela | ISBN: 978-987-1923-01-4 | Páginas: 106 | Formato: 13 x 20 cm.| Encuadernación: Rústica | Precio: 12,50 euros
Solo de viola
Antoine Volodine
Sucede en Chamrouche, la capital de un país gobernado por el partido «frondista». Un día de primavera, tres presos salen en libertad: un forzudo de circo, un ladrón de caballos y un pájaro. Deambulan por la capital tratando de evitar a las patrullas frondistas de salubridad. La hermosa tarde es propicia al optimismo, pero ninguno de los tres abriga esperanzas en el futuro. Se sientan en el cordón de la vereda. Esa noche, un escritor asiste a un concierto en compañía de una amiga muy querida para escuchar a un cuarteto de cuerdas. Delante del teatro hay un despliegue de banderas de las secciones frondistas. Han organizado un mitin. A los frondistas no les gustan los libros del escritor ni la música de cámara. Intervienen en la novela y la destrozan. Penetran en la música y la rompen. La mejor intérprete del cuarteto es la viola. Su arte le permite mezclar su canto con los de otros instrumentistas, pero a veces ejecuta un solo. Toca sola en nombre de todos. Sus cuerdas vibran y de improviso el mundo del frondismo ordinario se difumina, se transfigura. El aire se vuelve azul. Antes de partir al exilio, probemos con ella este aire.
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LA TARDE DEL 27 DE MAYO
Es la historia de un hombre. De dos hombres. En realidad, son tres. Aram, Matko y Will MacGrodno. Las puertas del penal se cierran detrás de ellos. Golpean. El choque entre las articulaciones de hierro produce el mismo chirrido estruendoso de costumbre; como vagones que descarrilan de repente y se encastran entre sí. El mismo estrépito ensordecedor de costumbre. Aunque con una diferencia. En lugar de escuchar los ecos que se pierden por los corredores, las escaleras, el tragaluz, hoy están los tres parados en una calle tibia. Altas murallas se alzan por encima de ellos, tan repulsivas como las que delimitaron su universo durante cuatro años. Pero, sobre el cemento que conocen bien, el sol ya no está enrejado. Un camión pasa rechinando por la esquina y desaparece. Los tres tienen polvo en las ventanas de la nariz; tienen la impresión de que el aire ha cambiado de consistencia y de que es verdad que ya no están nadando en el tufo de las arpilleras y los orinales. No saben bien qué pensar. Justo antes de provocar todo ese estruendo, esa avalancha aceitada de pestillos, trinquetes y barras, un vigilante les soltó a modo de despedida: Ya basta, aquí son indeseables. Estamos hartos de sus jetas sucias. Búsquense otro cinco estrellas. ¡Que los ahorquen en otra parte!
No tienen conciencia clara de lo que acaba de sucederles. Liberación anticipada, más por falta de lugar que por su buena conducta. Una disposición del ministro de Justicia. En las altas esferas han debido de prever la inminente llegada de una nueva horneada de clientes. Liberación condicional, con un período de prueba de dieciocho meses. En suma, los expulsan, pero los amenazan con volver a encerrarlos por cualquier cosa.