
Ficha técnica
Título: Repensar la pobreza. Un giro radical en la lucha contra la desigualdad global | Autores: Abhijit Vinayak Banerjee y Esther Duflo | Editorial: Taurus | Colección: Taurus Pensamiento | Género: Ensayo | ISBN:9788430609301 | Páginas: 376| Formato: 15 x 24 cm.| Encuadernación: Rústica | PVP: 22,00 € | Publicación: 8 de Febrero de 2012
Repensar la pobreza
Abhijit Vinayak Banerjee
¿Cómo se vive con menos de un dólar al día? ¿Por qué los microcréditos resultan útiles pero no son el milagro que algunos esperaban? ¿Por qué los pobres dejan pasar las campañas de vacunación gratuita pero pagan por medicinas que a menudo no necesitan? ¿Por qué sus hijos pueden ir a la escuela año tras año y no aprender nada? ¿Por qué no siempre invierten en obtener más calorías, sino calorías que saben mejor?
Nuestra tendencia a reducir a los pobres a un conjunto de clichés nos ha impedido hasta ahora comprender los problemas a los que se enfrentan a diario. Dado que poseen tan poco, hemos asumido que no hay nada de interés en su vida económica. Las políticas gubernamentales destinadas a ayudarles muchas veces fracasan porque se fundamentan en suposiciones erradas con respecto a sus circunstancias y su conducta.
Repensar la pobreza supone un revolucionario giro en el modo de abordar la lucha global contra la pobreza. Sus autores, dos consagrados economistas del MIT, han acudido directamente a los protagonistas para comprender cómo funciona de verdad la economía de los pobres, cuáles son sus motivaciones y aspiraciones. Los resultados de sus observaciones contradicen muchas de nuestras creencias más arraigadas.
El innovador planteamiento de este libro empieza por cambiar las preguntas. A partir de ahí, ofrece las respuestas y, con ellas, un gran potencial transformador y una guía esencial para políticos, activistas y cualquier persona preocupada por construir un mundo sin desigualdad.
«Un libro maravillosamente lúcido sobre la naturaleza real de la pobreza.» AMARTYA SEN, Premio Nobel de Economía
«El ensayo más interesante que he leído en mucho tiempo. Está lleno de sorpresas y va a cambiar nuestra manera de pensar sobre la pobreza y lo que se debe hacer para aliviarla.» MOISÉS NAÍM en «Lea este libro», El País
«Este libro debe ser de lectura obligada para cualquier persona que se preocupe por la pobreza en el mundo. Representa lo mejor que la economía puede ofrecer.» STEVEN D. LEVITT, autor de Freakonomics
Esther tenía seis años cuando leyó en un cómic sobre la Madre Teresa que una ciudad llamada Calcuta estaba tan abarrotada que cada persona disponía solamente de un metro cuadrado para vivir. Se imaginó la ciudad como un gran tablero, con cuadrados de un metro de lado marcados en el suelo, cada uno con un peón humano, todos apiñados. Se preguntó qué podría hacer ella al respecto.
Cuando %nalmente pudo visitar Calcuta, tenía veinticuatro años y estaba haciendo el doctorado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Mientras iba en el taxi de camino a la ciudad, se sintió un poco desilusionada; dondequiera que mirase, había espacios vacíos -árboles, zonas verdes, aceras vacías-. ¿Dónde estaba toda la miseria que re’ejaba tan grá%camente el cómic? ¿Adónde había ido todo el mundo?
A los seis años, Abhijit sabía dónde vivían los pobres: en viviendas destartaladas detrás de su casa, en Calcuta. Sus niños parecían tener siempre mucho tiempo para jugar y le ganaban en cualquier deporte; cuando jugaba con ellos a las canicas, estas acababan siempre en los bolsillos de sus pantalones descosidos. Tenía envidia de ellos.
Esta tendencia a reducir a los pobres a un conjunto de clichés nos acompaña desde que existe la pobreza; tanto en la teoría social como en la literatura, los pobres aparecen reflejados, alternaitvamente, como perezosos o emprendedores, nobles o ladronzuelos, enfadados o pasivos, desamparados o autosuficientes. No nos sorprende que las posiciones políticas que corresponden a estas visiones de los pobres tiendan también a quedar atrapadas en fórmulas simples: «mercado libre para favorecer a los pobres»; «hagamos que los derechos humanos adquieran importancia»; «lo primero es resolver el conflcto»; «hay que dar más dinero a los más pobres»; «la ayuda exterior acaba con el desarrollo», y así sucesivamente. Todas estas ideas tienen una parte de verdad, pero es raro que quepan en ellas la mujer o el hombre pobre representativos, con su esperanza y sus dudas, con sus aspiraciones y sus limitaciones, con sus creencias y su desconcierto. Si los pobres aparecen de algún modo, suele ser como los personajes de alguna anécdota edi%cante o de algún episodio trágico, como alguien a quien admirar o por quien sentir pena, pero no como una fuente de conocimiento ni como personas a quienes se deba consultar lo que piensan, lo que desean o lo que hacen.