
Ficha técnica
Título: Palabras sin música | Autor: Philip Glass | Traducción: Mariano López | Editorial: Malpaso | Páginas 496 | ISBN: 978-84-16420-34-6 | Formato: 14 x 21 cm. | Formato: Tapa dura | Precio: 24 euros | Fecha: enero 2017
Palabras sin música
Philip Glass
Junto a Steve Reich, Terry Riley y La Monte Young, Philip Glass es uno de los padres de la música minimalista, probablemente el que logró una mayor relevancia en todo el mundo; pero, al margen de etiquetas, Glass es uno de los creadores más importantes y originales de finales del siglo xx. La vida de Glass también está marcada por la gran transformación que implicó la Segunda Guerra Mundial: tras graduarse en la universidad de Chicago y completar sus estudios en Europa, realizó un viaje iniciático a la India, se convirtió al budismo y, antes de hacerse un hueco en la escena cultural neoyorquina, trabajó como taxista o fontanero.
Palabras sin música no sólo es un extraordinario documento sobre la personalidad de un músico incomparable, también tiene un valor literario de primer orden. Glass se descubre como un narrador nato, como un cronista agudo y detallista capaz de recrear sus recuerdos y de mostrarnos cómo su evolución personal se plasmó en el desarrollo de su música.
Ésta es una autobiografía inolvidable que fascinará a todos aquellos que busquen las claves del arte del siglo xx y las huellas de los creadores que lo representaron.
«Comencé a escuchar a Glass sin noción previa, sin ninguna guía o apoyo crítico, y al hacerlo me quedaba paralizado. Ansiaba trabajar con él en Kundun, y excedió todas mis expectativas con una banda sonora que era verdaderamente trascendental. Ha vuelto a superarlas de nuevo con esta intensa y bellamente escrita autobiografía. ¿Quién hubiera dicho que él sería tan buen escritor como compositor?.» Martin Scorsese
«[Un libro] ágil y cautivador… Glass es de los compositores más elocuentes. La perspicacia y el sentido común impregnan este libro… Con la destreza formal de un compositor, en las páginas finales Glass regresa a su juventud, el tema que lo conduce a su prosa más evocadora.» Kyle Gann, New York Times Book Review
«Philip Glass ha escrito un recuento fascinante de su vida, incorporando memorias de familiares, maestros y amigos. Desde su infancia en Baltimore hasta sus estudios con Ravi Shankar y Nadia Boulanger y colaboraciones con Robert Wilson, Allen Ginsberg, Godfrey Reggio y Martin Scorsese, entre otros, Glass nos ofrece una toma interior de su música y vida personal. Palabras sin música es una lectura muy agradable, no sólo para los músicos (aunque ellos la disfrutarán especialmente) sino también para cualquiera interesado en el mundo del arte.» Paul Simon
PRÓLOGO
«Si te vas a Nueva York a estudiar música, acabarás como tu tío Henry, malgastando tu vida yendo de ciudad en ciudad y viviendo en hoteles.»
Eso es lo que me dijo mi madre, Ida Glass, cuando le conté mis planes. Estaba sentado en la cocina de la casa familiar en Baltimore y acababa de volver a casa recién graduado en la Universidad de Chicago.
Mi tío Henry, un peso gallo, fumador de puros y con un fuerte acento de Brooklyn, estaba casado con mi tía Marcela, hermana de mi madre, que también se había trasladado a Baltimore, huyendo de Brooklyn, una generación antes. Mi tío Henry era batería. Había abandonado los estudios de odontología poco después de acabada la Primera Guerra Mundial para convertirse en músico itinerante y se había pasado los siguientes cincuenta años tocando por todo el país, sobre todo en teatros de variedades, hoteles de vacaciones o con orquestas de baile. En sus últimos años estuvo actuando en los hoteles de los Catskills, conocidos entonces y todavía hoy como el Borscht Belt. Probablemente en aquella primavera de 1957, mientras yo hacía mis planes de futuro, él debía de estar tocando en uno de esos hoteles, apostaría que en el Grossinger’s.
En todo caso, me gustaba mi tío Henry y lo consideraba un buen tipo. La verdad sea dicha, no me parecía tan terrible la perspectiva de ir «de ciudad en ciudad y viviendo en hoteles». De hecho, yo ansiaba algo así, una vida colmada de música y viajes, tanto que solo con imaginármelo me entusiasmaba. Y, como terminó sucediendo unas cuantas décadas más tarde, la descripción de mi madre resultó totalmente certera. A la hora de empezar a escribir este libro, eso es precisamente lo que estoy haciendo, viajar desde Sídney a París, pasando por Los Ángeles y Nueva York, dando conciertos a lo largo de todo el recorrido. Desde luego, no toda mi historia se reduce a eso, pero sí es una parte importante.