
Ficha técnica
Título: Mamut |Autor: Esther García Llovet | Editorial: Malpaso | Formato: Tapa dura |Tamaño: 14x21cm | Páginas: 176 | ISBN: 978-84-15996-21-7 |Precio: 18 euros | Ebook: 7 euros
Mamut
Esther García Llovet
He aquí un mundo que pertenecería al futuro si no se construyera con los temibles materiales del presente, con pesadillas sin tiempo, inagotables. La ciudad está rendida al imperio de una droga que se consumirá durante la «fiesta del milenio». La vida es un territorio donde las pastillas de mamut abren puertas que cierran caminos y hasta los éxitos fracasan poco a poco. Todos persiguen sueños en ruinas: esas búsquedas dan forma a un relato ubicado en la mejor tradición de la intriga americana y alumbran la atmósfera más angustiosa e hipnótica hoy sometida a la avidez de los lectores.
«A ratos me recuerda aquella frase mítica de Faulkner sobre la cerilla encendida en mitad de un sótano que no sirve para ver mejor, sino para ver mejor la oscuridad.» David Torres, El Cultural
«Es como uno imagina que pudiera ser tener a John Cheever y Quentin Tarantino juntos en una misma fiesta (Bolaño también estaba, creo).» Paul Viejo, Público
«La autora persigue convocar en el lector una emoción. Y lo logra atrapándonos desde la trepidante primera página, donde ya se adivina la fuerza de una voz narrativa que poco o nada tiene que ver con otros autores de su generación.» Care Santos
Los bosques de plomo (1997)
Las dos de la tarde. Cuarenta grados. Las nubes siguen quietas, pesadas, cargadas de un barro tan denso que se han encendido las farolas en la autopista y los cuatro focos en las esquinas de la prisión, puro hormigón y cemento. Un cuadrilátero de boxeo olvidado en el desierto de cal.
Han pasado más de tres horas. Junot continúa apoyado contra el techo del coche, fumando un camel tras otro comprados sueltos al hombre del chrysler que vende cigarrillos, papas, latas de cerveza y cecina frita que saca del maletero recalentado por la humedad. No hay nadie más. Sólo este hombre del chrysler y un viejo coche patrulla dando vueltas al recinto carcelario, despacio, con las ruedas medio vacías, y un mendigo vestido con una levita de lana subido a una caja de reparto recitando a voz en grito, el cuello rojo.
-¡Seis años! ¡Cinco meses! ¡Y tres días!
De vez en cuando suena el eco de un balón en la cancha tras los muros y las voces de los presos jugando al baloncesto, las voces lejanas, los gritos lejanos.
De Toro no hay el menor rastro.
Junot mira la hora por ultima vez. Las dos y diez. Arroja el cigarrillo al suelo de grava y se dirige a la entrada de la prision rayada de grafitis y numeros de telefono y caricaturas feas: ≪mueran las brigitas≫, ≪Pasco es un sastre≫, ≪putos≫. La entrada es una gruesa plancha de acero iluminada por un halogeno que parpadea en azul con un zumbido intermitente. La puerta se abre con un chasquido.
-!Seis anos! !Cinco meses! !Y tres dias!
La camara de seguridad gira lentamente hacia Junot.
La puerta se cierra con otro chasquido.
Al otro lado hay una sala cuadrada de baldosas rotas hasta el techo donde cuelgan tres bombillas mal ahorcadas y un monitor de vigilancia. Junot entra y se tropieza con un preso, un presidiario flaco, con un mono naranja, acuclillado junto a una mopa de fregar que se esta liando un cigarro sin quitarle el ojo a una mujer sentada en una sala contigua, vestida toda de negro frente a un tuper donde va apilando filetes, uno encima de otro. Una torre de carne.
El preso mira a Junot de arriba abajo. Se tira de un extremo del bigote.
-Identificacion.
El guardia tras la ventanilla de seguridad es un mulato de casi dos metros sentado en el borde de una banqueta,