
Ficha técnica
Título: Malayerba | Autor: Javier Valdez Cárdenas | Editorial: JUS | Páginas: 196 | Tamaño: 13,5 x 23 cm | Encuadernación: Rústica con solapas | Fecha: julio 2017 | ISBN 978-607-9409-59-3 | Precio: 16 euros
Malayerba
Javier Valdez Cárdenas
A la luz de los hechos recientes, esta tercera edición de Malayerba, una selección de las crónicas que Javier Valdez publicó durante años en su columna para el semanario Ríodoce, adquiere un nuevo significado.
Con una prosa tan sorprendente como precisa, Valdez Cárdenas retrata desde múltiples ángulos los dramáticos cambios que el narcotráfico ha provocado en la vida cotidiana en el norte de México, región donde la violencia se ha ido imponiendo hasta trastocar las actividades y situaciones más comunes: los juegos de los niños, el ritual de los enamorados, las ocupaciones y preocupaciones de los ciudadanos de a pie… Dicha fractura la acusa incluso el habla de la calle, cuya transformación queda registrada pormenorizadamente, razón por la cual la edición incluye un glosario ilustrado.
Valdez Cárdenas luchó incansablemente por la libertad de prensa y contra el miedo que recorre toda la sociedad mexicana. La difusión de su obra es nuestra manera de rendirle homenaje.
LOS NIÑOS DE LA SAL
ARMAS DE JUGUETE
Pedro y Julio juegan a los balazos. Él dice que trae un cuerno. Su amigo y compañero del salón prefiere las uzi. Ra-ta-ta-ta-ta-ta, grita uno. Ta-ca-ta-ca-ta-ca, le contesta el otro.
Andan de chile bola a la hora del recreo. Inseparables, los une el tercero de primaria y su afición, casi obsesiva, por las camionetas jámer, las chévrolet y las lobo. También les atraen los yips del ejército, artillados; aviones y helicópteros de combate.
Sus armas no son palos ni tablas, ni trozos de muebles de madera torpemente clavados, asemejando un rifle o una pistola. Son muy parecidas a las de verdad: cromadas y negras, con los movimientos y sonidos de cuando se corta cartucho, con cargador que entra y sale y balas de plástico.
A Julio sus mayores le dicen, le repiten, que no sea violento, que las armas son sus juguetes y que juegue con ellas, pero nada más. Le informan de los asesinatos, los narcos y matones. Eso sirve, aseguran, para que no sea como ellos. Quién sabe.
Los papás de Pedro no le dicen nada. Ellos lo ven normal. Que juegue, qué le hace. Le compran y le compran. Ya tiene una colección de soldados, unos de color verde olivo y otros con uniforme gris.
Conoce los tipos de aviones y submarinos. Quiere que le digan qué es un ge-tres, un errequince o una uzi. Que si tienen más potencia, que si pueden más que una granada, que si disparan más lejos.
Ínguiasu, ta perrón, es una jámer, papá: una jámer perrona, dice, grita cuando la ve pasar en zumba por el malecón nuevo como si navegara en el asfalto, imponente y ufana. Luces por todos lados, como árbol de navidad rodante.