
Ficha técnica
Humoristas
Paul Johnson
En palabras del autor:
La galería que he reunido en este libro es una extraña colección de genios, fracasados, borrachos, inadaptados sociales, tullidos e idiotas con un don. Tienen en común sólo el deseo, y la capacidad, de hacer reír a un gran número de personas. En esta serie de libros que reúne intelectuales, creadores y héroes, creo que los cómicos son los más valiosos. El mundo es un valle de lágrimas, siempre lo ha sido y siempre lo será. Los que pueden enjugar nuestras lágrimas y hacer que asomen a nuestros labios trémulas sonrisas son más preciosos para nosotros, a decir verdad, que todos los estadistas y generales y sabios, más incluso que los grandes artistas.Porque nos ayudan a mitigar un poco la agonía que es la vida e incluso nos permiten imaginar la posibilidad de ser felices. Y como la señora Gamp, de Dickens, dice, «Qué maravilloso es, cuando se vive en constante lamento, que alguien te haga sonreír». ¿Qué se esconde detrás de los grandes personajes que nos han hecho reír? Humoristas es un recorrido a través de la vida y obras de personalidades que disfrutaron de la vida y se revelaron como grandes magos del humor.
Sirviéndose del humor negro, la sátira, el ingenio picante y el sarcasmo más ácido, Paul Johnson repasa algunos de los intelectos que mejor han reflexionado sobre las locuras, pretensiones y debilidades de la condición humana con el mejor de los dones: el humor.
Personajes incluidos en Humoristas: Hogarth, Benjamin Franklin, Dr. Johnson, Thomas Rowlandson, Dickens, Toulouse-Lautrec, G.K. Chesterton, Damon Runyon, W.C. Fields, Charlie Chaplin, Laurel y Hardy (El gordo y el flaco), los hermanos Marx, James Thurber, Noël Coward y Nancy Mitford.
INTRODUCCIÓN
Nadie lo dijo mejor que W.C. Fields, que durante sesenta años divirtió a la gente desde el escenario, la página impresa, las ondas de radio y las películas mudas y luego sonoras: «Sabemos qué es lo que hace reír a la gente. Lo que no sabemos es por qué se ríen». La risa es como los sueños. Sabemos tanto de ella como sabíamos hace cinco mil años, ni más ni menos. Alrededor de 2900 a.C., en el antiguo Egipto, apareció un jeroglífico para representar «risa» o «reír». Era como sigue:

Sir Alan Gardiner, que sabía más que nadie sobre el antiguo Egipto, compiló una Gramática egipcia y dibujaba ese idioma mejor que nadie, dijo: «Siempre que escribo ese jeroglífico me echo a reír». «¿Por qué, sir Alan?». «Pues no lo sé, muchacho. Me hace gracia imaginarme a aquellos viejos sacerdotes tallándolo en la roca. En cuanto pienso en ello, me da risa».