
Ficha técnica
Título: Italoamericanos. El libro de cocina de la familia Scorsese. | Autora: Catherine Scorsese | Traducción: Jesús Aguado | Editorial: Confluencias | Colección: Extranjeros | Materias: Biografías | Formato: 15x 21 cm | Encuadernación: Rústica | Páginas: 174 | ISBN: 978-84-942742-9-9 | Precio: 19 euros
Italoamericanos
Catherine Scorsese
Il sugo, es decir su majestad la salsa, es la única institución que todo italiano respeta y venera. No hay familia que no tenga su propia manera de prepararla, su propio ritual para comerla, no existe nonna que pase a mejor vida sin haber comprobado que su legado gastronómico haya sido comprendido por nuera e hijos, mamma que no sople la receta a sus chavales que se emancipan y dejan el nido. Eso es lo que pasa en este espléndido libro Italoamericanos, versión escrita del documental del mismo nombre que en 1974 Martin Scorsese (por aquel entonces había firmado Malas calles y Alicia ya no vive aquí) rodó entre el salón y la cocina de su casa de Little Italy. La historia de la familia Scorsese, desde su Sicilia natal, hasta Nueva York, contada por sus familiares, al calor de un recetario completo de pasta italiana. Para chuparse los dedos.
LECCIONES DE COCINA
Martin Scorsese: ¿Cómo aprendiste a hacer la salsa?
Catherine Scorsese (madre): Cuando una se casa no suele ser una buena cocinera. Así que me fijaba en cómo preparaba la salsa mi madre. Y también en cómo la hacía mi suegra. Aprendí un montón de mi suegra y también de mi familia.
Charles Scorsese (padre): Aprendió más de mi madre que de la suya.
Catherine Scorsese: Ya está con lo de siempre, poniendo a su madre por encima.
Charles Scorsese: Eran cocineras distintas. Su madre tenía nueve hijos. Como a cada niño le gustaban cosas diferentes, ella se las apañaba para contentar a todos. Mi suegra era una buena cocinera, pero no podía cocinar del modo en que le hubiera gustado. Para empezar por culpa de su marido, mi suegro. A él le gustaba cocinar solo lo que gustaba, un mal ejemplo para todos.
Catherine Scorsese (mientras elabora la salsa de la pasta): Mi madre me enseñó una manera de cocinar muy distinta a la que usaba mi suegra. Ella era muy buena cocinera. Acabé por cocinar como lo hacía mi suegra para complacerlo a él. Esa es la verdad.
Así es como me enseñó mi suegra: Echa unas pocas cucharadas de tomate [en el cazo] porque las albóndigas tienen que estar muy tiernas. No como esas albóndigas que a uno le dan cuando lo invitan por ahí. Más duras no pueden ser. Si las arrojas contra una pared esta se resquebraja. Esto es algo que no tendría que haber dicho porque tengo un montón de amigos que se van a sentir señalados y van a empezar a telefonearme sin parar.