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Ficha técnica

Título: Filosofía del dinero | Autor: Georg Simmel | Presentación:  David Frisby |
Traducción:  Ramón García Cotarelo | Editorial: Capitan Swing | Género: Ensayo | ISBN: 978-84-941690-3-8 | Páginas: 624 | Formato:  14 x 22 cm. | Encuadernación: Rústica con solapas | PVP: 25,00 € | Publicación: 2013

Filosofía del dinero

Georg Simmel

CAPITAN SWING

El dinero es más que una medida de valor y medio de intercambio. Más allá de sus funciones económicas, simboliza y encarna el espíritu moderno de la racionalidad, de la calculabilidad, de la impersonalidad. Bajo su égida, ha prevalecido sobre la visión del mundo antiguo que otorgaba primacía a los sentimientos y la imaginación. Georg Simmel somete el dinero a examen, considerando su influencia en las relaciones humanas y en la cultura, y ofreciendo un análisis clásico de los aspectos sociales, psicológicos y filosóficos de la economía monetaria. Analiza la relación del dinero con el intercambio, la personalidad humana, la posición de la mujer y la libertad individual.

Pero Simmel nos proporciona también visiones proféticas sobre las consecuencias de la moderna economía monetaria en la división del trabajo, y en particular en los procesos de alienación y cosificación en el trabajo y la vida urbana. Esta obra inmensa y profunda reclama ser leída hoy y en años venideros como un análisis deslumbrante del significado, uso y cultura del dinero.

«Su grandeza reside en el uso continuo y variado de la forma monetaria para desenterrar y revelar conceptualmente inconmensurabilidades de todo tipo.» Fredric Jameson

 

Prefacio

Todo ámbito de investigación muestra dos límites en los cuales el pensamiento pasa de la forma exacta a la filosófica. Los fundamentos del conocimiento, al igual que los axiomas de toda zona especial, transfieren su representación y su comprobación a una ciencia principal, cuyo objetivo infinito es el pensamiento carente de presupuestos, un objetivo que no pueden alcanzar las ciencias especiales, ya que éstas no dan un paso sin comprobación, es decir, sin presupuestos de carácter objetivo o metodológico. Al representar e investigar estos presupuestos, la filosofía no puede prescindir de ellos por completo; aparece aquí la última frontera del conocimiento en la que se asienta una aspiración de poder y el atractivo de lo no verificable y que, merced al progreso de las comprobaciones, nunca se encuentra en el mismo lugar. El comienzo del ámbito filosófico señala, al mismo tiempo, el límite inferior del ámbito exacto, y su límite superior se encuentra allí donde los contenidos siempre fragmentarios del saber positivo tratan de completar una imagen del mundo por medio de conceptos excluyentes, o referirse a la totalidad de la vida. La historia de las ciencias muestra la forma filosófica de conocimiento como la más primitiva, como un mero resumen de las manifestaciones en conceptos generales, y este procedimiento provisional resulta indispensable en lo relativo a muchas cuestiones, especialmente aquellas pertenecientes a las valoraciones y a las conexiones más generales de la vida espiritual, a las que, hasta ahora, no podemos responder con exactitud ni de las que podemos prescindir. Es tan poco probable que la empina total sustituya a la filosofía como interpretación, matización e insistencia individualizada sobre lo real, como que la perfección de la reproducción mecánica haga inútiles las manifestaciones de la bellas artes.

     De esta determinación del lugar de la filosofía en general se derivan los derechos que ésta posee frente a los objetos individuales. Si existe una filosofía del dinero, únicamente puede situarse más allá y más acá de la ciencia económica del dinero: su función es representar los presupuestos que otorgan al dinero su sentido y su posición práctica en la estructura espiritual, en las relaciones sociales, en la organización lógica de las realidades y de los valores. Tampoco se trata aquí de la cuestión del origen del dinero, pues ésta pertenece a la historia y no a la filosofía. Por más alto que valoremos los beneficios que el estudio de su proceso histórico añade a la comprensión de un fenómeno, lo cierto es que el sentido y el significado internos del resultado del proceso descansan sobre conexiones de carácter conceptual, psicológico y ético que no son temporales, sino puramente objetivas, realizadas por las fuerzas de la historia, pero que no se agotan en la contingencia de la misma. La importancia, la dignidad, el contenido del derecho, por ejemplo, de la religión, del conocimiento, superan la cuestión de los caminos seguidos en su realización histórica. La primera parte de este libro trata de deducir el dinero de aquellas condiciones que atañen a su esencia y el sentido de su existencia.

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Georg Simmel

Georg Simmel  Berlín, 1858 - Estrasburgo, 1918 Doctor en filosofía por la Universidad de Berlín en 1881, Simmel se centró en estudios microsociológicos, alejándose de las grandes macroteorías de la época. Daba gran importancia a la interacción social: "Todos somos fragmentos no sólo del hombre en general, sino de nosotros mismos". Parte de una de las primeras generaciones de sociólogos alemanes, su enfoque neo-Kantiano entregó los cimientos para el antipositivismo sociológico, preguntando "¿Qué es la sociedad?" en una alusión directa a la interrogante de Kant "¿Qué es la naturaleza?", y presentando análisis pioneros de la individualización y fragmentación social. Para Simmel, la cultura se refiere al "cultivo de los individuos a través de la agencia de formas externas que han sido objetivadas en el curso de la historia". Simmel discutió el fenómeno social y cultural en términos de las "formas" y "contenidos" como una relación trascendente, la forma convirtiéndose en contenido y viceversa, dependiendo del contexto.

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