
Ficha técnica
Título: En busca de aquel sonido | Autor: Ennio Morricone | Traducción: César Palma | Editorial: Malpaso | Páginas 544 | ISBN: 978-84-16665-47-1 | Formato: 14 x 21 cm. | Formato: Tapa dura | Precio: 26 euros | Fecha: mayo 2017
En busca de aquel sonido
Ennio Morricone
¿Qué es la música? ¿Dónde comienza? ¿Cuál es su propósito? ¿Sigue teniendo sentido estudiar música hoy en día? Las historias y reflexiones de Morricone en conversación con su discípulo y confidente, el también compositor Alessandro de Rosa, giran en torno a estas cuestiones.
Dentro de En busca de aquel sonido, vida y obra confluyen en una suerte de partitura que nos permite contextualizar y comprender algunas de las grandes paradojas y contradicciones de nuestro tiempo.
Conversar con Morricone invita a reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro de la música, para abordar de manera cercana cuestiones como la crisis de la música culta del siglo xx, la llegada de la radio y la televisión, el desarrollo de la industria cinematográfica y discográfica, y los usos y costumbres de la sociedad de consumo.
No menos fascinante es la crónica de sus encuentros con personalidades como Sergio Leone, Pier Paolo Pasolini, Fellini, Scola, Bertolucci, Clint Eastwood, Quentin Tarantino, Brian de Palma u Oliver Stone. Nos regala, además, un paseo por su producción extracinematográfica; o lo que él mismo define como «música absoluta».
Este libro nos muestra a un Morricone accesible y revelador, cuya obra y existencia están sorprendentemente entrelazadas con los misterios de la vida, de la identidad y de las dudas que aún hacen que nos cuestionemos nuestra propia realidad.
«La influencia de Morricone ha sido enorme en todos los géneros musicales; incluso los músicos más avant-garde han adoptado muchas de sus numerosas innovaciones.» Vulture
«Más allá de su contribución y reconocimiento popular, la música cinematográfica de Ennio Morricone subraya con emoción la historia del cine contemporáneo.» El País
«Ennio Morricone es el mago de lo bello.» The New Yorker
DE DÓNDE PROCEDEN ESTAS CONVERSACIONES
Conocí la música de Ennio Morricone hace muchos años. No recuerdo con precisión el momento exacto, porque en 1985, el año en que nací, muchas de sus composiciones ya habitaban el planeta desde hacía tiempo, pero sí me acuerdo que de pequeño veía con mis padres en televisión El secreto del Sahara -debía de tratarse de una reposición, pues yo ya tenía más de tres años- o Dos granujas en el Oeste, con Bud Spencer… También recuerdo algunas imágenes de La Piovra (El Pulpo)… así que estoy seguro de haber escuchado también las bandas sonoras de esas producciones.
Nunca íbamos al cine.
Más tarde descubrí que aquellos temas musicales los había compuesto Morricone y a saber cuántos más ya se habían filtrado en mi mente antes de poder asociarlos con su nombre.
Como el colegio me aburría, empecé a estudiar guitarra con mi padre, luego con otros, pero aquello no me bastaba: yo quería crear algo propio. Esa era mi necesidad, mi pretensión. Me dije que quería conseguirlo con la música. Pasé de un maestro a otro, pero buscaba uno auténtico. El adecuado.
La tarde del 9 de mayo de 2005, mi padre, Gianfranco, llegó a casa directo del trabajo cargado con Metro, uno de esos diarios gratuitos que suelen repartir por la calle.
«Dentro de un rato Ennio Morricone dará una charla en el Spazio Oberdan, en Milán… A lo mejor Francesco y tú llegáis a tiempo.» Francesco es mi hermano.
Fui corriendo a mi habitación y preparé un cedé con unos cuantos temas que había compuesto en el ordenador, escribí una carta, la metí en un sobre y se la dirigí a Morricone.