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Ficha técnica

Título: El trovador | Autor: Antonio García Gutierrez | Editorial: Galaxia Gutenberg  | Colección: Clásicos  | Género: Novela | ISBN: 978-84-8109-627-9 | Páginas: 816 | Precio: 22,00 euros |

El trovador

GALAXIA GUTENBERG
CÍRCULO DE LECTORES

La idea de un romanticismo español tardío, con creaciones poco originales, manifiestamente influidas desde el extranjero y sin ninguna incidencia en Europa, se contradice con El trovador de Antonio García Gutiérrez. El estreno propició el primer «¡Que salga el autor!» de las tablas españolas y su éxito hizo que se representara, actualizara y publicara una y otra vez a lo largo de todo el siglo XIX.

La obra, plagada de venganzas crueles, amores apasionados, promesas truncadas y viles traiciones, inspiró uno de los grandes clásicos de la ópera: Il trovatore de Verdi. La edición crítica de María Luisa Guardiola Tey tiene en cuenta por primera vez el manuscrito autógrafo, desconocido hasta el momento, que no sólo ha permitido una novedosa fijación y una mejor comprensión del texto, sino que supone un material precioso para el estudio de la representación y transmisión del teatro romántico, con sus correcciones, de puño y letra del autor, muchas de ellas realizadas en el momento de los ensayos. En el presente volumen se incluye también la refundición enteramente en verso que el propio García Gutiérrez realizó en 1851. 

PÁGINAS DEL LIBRO

     La idea de un romanticismo español tardío, con creaciones poco originales, manifiestamente influidas desde el extranjero y sin ninguna incidencia en Europa, se contradice con El trovador de Antonio García Gutiérrez, cuyo estreno propició el primer «¡Que salga el autor!» de las tablas españolas, y cuyo éxito arrollador hizo que se representara, actualizara y publicara una y otra vez a lo largo de todo el siglo xix.

     El trovador se representó por primera vez en el Teatro del Príncipe de Madrid la noche del 1bde marzo de 1836, y su éxito supuso todo un triunfo para el drama romántico que, desde años atrás, venía abriéndose camino en los escenarios españoles. Entre los presentes la noche del estreno se hallaba Mariano José de Larra, «Fígaro», quien aplaudió calurosamente la obra desde las páginas de El Español y se refirió a su joven autor como un «nuevo lidiador, sin títulos literarios, sin antecedentes políticos; solo y desconocido … respondiendo a las diversas interrogaciones de los curiosos espectadores: «Soy hijo del genio, y pertenezco a la aristocracia del talento. ¡Origen por cierto bien ilustre, aristocracia que ha de arrollar al fin todas las demás!»».

     El trovador fue el primer drama original de Antonio García Gutiérrez (1813 – 1884) que se llevó a las tablas. Se trata de una obra de ruptura con el teatro anterior en la que se reconoce la esencia del drama romántico español. En éste suelen emplearse una serie de recursos teatrales -como la polimetría, la estructura paralela, la diversidad de voces, el simbolismo de los detalles escénicos- que ponen de manifiesto su tendencia a la grandilocuencia y al patetismo. Para los románticos, el teatro es fundamental como moldeador de la opinión pública, y en cuanto tal busca la participación activa del espectador.

     Los personajes principales de El trovador son seres proscritos de la sociedad, que en cierto modo reflejan la situación del propio autor, recién llegado de su Chiclana natal (en la provincia de Cádiz) a Madrid en 1833, en plena crisis política y social. Manrique, el trovador, es un arquetipo del individuo romántico, cuya espiritualidad exaltada se combina con cualidades como la constancia y la laboriosidad, ejemplares para la burguesía emergente. En contrapunto con su figura, destaca la de la gitana Azucena,  personaje que viene a ser la encarnación del «buen salvaje», más sabio en su simplicidad que el hombre civilizado. El amor ilimitado de esta mujer primitiva sirve de catalizador de la pasión que nace entre Manrique y la joven Leonor.

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