Ficha técnica
Título: El infante de Parma | Autor: Elisabeth Badinter| Editorial: Marbot Ediciones | Traducción: Maite Serpa | Páginas: 144 | Formato: 12,5 x 18 cm. | Encuadernación: Rústica | Primera edición: junio 2009 | ISBN: 978-84-92728-00-8 | PVP: 14,50 euros
El infante de Parma
Elisabeth Badinter
En pleno siglo XVIII el pequeño Fernando, infante de Parma, hijo del Duque de Parma Felipe I y nieto del rey de España Felipe V y de Luis XV de Francia, se convirtió en el objeto de un experimento sin precedentes. Su madre, Luisa Isabel de Borbón, deseaba hacer de él un príncipe «moderno», para lo cual dejó su educación en manos de Condillac y de Keralio; el primero debía ocuparse de transmitirle conocimientos al pequeño y el segundo de darle la educación moral que le permitiera llegar a ser un buen cristiano y, sobre todo, un buen ciudadano capaz de gobernar como un príncipe moderno. La Europa ilustrada tenía los ojos puestos en el laboratorio pedagógico que era Parma; y el Infante llevaba sobre sus frágiles espaldas las esperanzas de la nueva filosofía.
INTRODUCCIÓN
26 de febrero de 1757. El infante Felipe de Parma ha nombrado a Auguste de Keralio subpreceptor de su único hijo varón Fernando, de seis años. Le ha llegado la hora, como a todos los príncipes de su edad, de pasar de las faldas de su aya (gobernanta) a las del ayo. Del mundo de la infancia al de los adultos. La severa marquesa González, que le había enseñado los rudimentos de la vida, pasa entonces el testigo al señor de Keralio, cuya tarea es hacer de él un hombre cabal, un monarca moderno. Convertirse «en hombre», como se decía entonces, era objeto de un ritual. La gobernanta y las mujeres de su servicio conducen al joven Príncipe a la estancia del Infante donde lo desnudan por completo. Así lo dejan durante algunos minutos, a la vista de la asamblea. Después el cirujano del Infante, delante de toda la facultad, examina exhaustivamente el cuerpo con las manos antes de declarar que está bien constituido. Cuando termina la ceremonia, la gobernanta y el resto de mujeres se retiran y el Príncipe es entregado a su mentor.