
Ficha técnica
Título: El ensayo general | Autora: Eleanor Catton | Traducido por: Tamara Gil Somoza | Editorial: Siruela | Colección: Nuevos Tiempos | ISBN: 978-84-15803-11-9 | Edición: 1ª, 2013 | Encuadernación: Rústica con solapas (Disponible en EPUB) | Páginas: 320| Dimensiones: 145 x 215 cm | Precio: 19,95 euros | Epub: 8,99 euros
El ensayo general
Eleanor Catton
«Es imposible comprar entradas para una función como esta y esperar no perder la… inocencia. Es imposible. Tienen que saber a lo que se exponen, ya no son unos niños.»
El ensayo general comienza de verdad cuando la prestigiosa Escuela de Teatro de una ciudad neozelandesa inicia las duras pruebas de selección para escoger a aquellos jóvenes con mejores cualidades. Como aún les falta la experiencia en la vida para enfrentarse a ciertos personajes, los profesores de la Escuela les enseñarán a hurgar con dureza en sus emociones más vulnerables para crearlos, ya que tendrán que aprender a utilizarlas para convertir la ficción en verdad…, o viceversa. Su trabajo de fin de curso consistirá en preparar una función a partir de un reciente caso aparecido en la prensa: el abuso sexual cometido por Saladin, profesor de música de Victoria, su alumna en el instituto próximo a la Escuela. Mientras, la profesora de saxofón irá despertando la sexualidad y los deseos más íntimos y ocultos de sus jóvenes alumnas.
Y actores, personajes y lectores de la novela deberán discernir en todo momento qué es realidad y qué ensayo general en este mundo donde los actores usarán su verdad para crear una verdad que es ficción.
UNO
Jueves
Comienza a oírse un ritmo de jazz, marcado solo por la percusión y el contrabajo. La profesora de saxofón hace girar la cuchara y da un golpecito con ella.
–El clarinete es al saxo lo que el renacuajo a la rana, ¿comprende? El clarinete es un esperma negro y plateado. Si se siente por ese esperma un gran amor, algún día se desarrolla y se convierte en saxofón.
Se inclina hacia delante sobre la mesa.
–Señora Henderson, ahora mismo lo que ocurre es que su hija es demasiado joven. Para que lo entienda, es como si tuviese una película de leche materna agria adherida a su cuerpo igual que una mortaja.
La señora Henderson no levanta la vista, de modo que la profesora de saxofón le dice con cierta brusquedad:
-¿Me está oyendo, con esa boca que parece un fino hilo de color escarlata, con ese pecho caído y esa blusa de color verde mostaza?
La señora Henderson asiente imperceptiblemente. Deja de manosearse las mangas de la blusa.