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Ficha técnica

Título: El Chal | Autora: Cynthia Ozick  | Traductor: Eugenia Vázquez Nacarino  Editorial: Lumen | Colección: Libros ilustrados | Formato: Tapa dura con sobrecubierta | Páginas: 104 | Medidas: 145 X 211 mm | ISBN: 9788426402059 | Fecha: 09/2016 | Precio: 18,90 euros

El chal

LUMEN

Un trapo que gotea leche, el sabor extraño de un dedo en la boca, un lugar sin piedad envuelto en alambres y tres nombres que estallan en la oscuridad: Rosa, Stella y Magda. Fueron los tiempos sin sentido en un campo de concentración donde el horror se repartía a granel, pero hubo quien logró sobrevivir, llevar su tragedia lejos e hilvanar un futuro.

Stella ahora está en Nueva York y se ha inventado una vida nueva. Magda… Magda era muy niña cuando todo pasó. Rosa ha ido rodando como un botón maltrecho hasta las costas de Florida, y cultiva su extravagante cordura por las calles de Miami. Para ella no hay futuro porque todo es pasado y la memoria, terca, insiste en devolverle aquel chal sucio con sabor a leche y saliva…

Con esas pocas cosas, casi nada para casi nadie, Cynthia Ozick construyó en 1977 esta pieza única en la literatura del siglo XX, y Oscar Astromujoff ha iluminado sus palabras con unas imágenes que indignan y emocionan.

Una magnífica edición ilustrada de una pieza imprescindible de la narrativa del siglo XX: El chal de la candidata al premio Nobel de Literatura Cynthia Ozick, con prólogo de Berta Vias Mahou.

 

Nos desangramos por dentro

Estamos heridos. Nuestras heridas no se ven. Nos desangramos por dentro… Estas tres frases del libro de Hans Reichmann Ciudadano alemán y judío perseguido -sobre el pogromo de noviembre del 38 en Alemania y el campo de concentración de Sachsenhausen, en el que estuvo internado el autor- reflejan de manera breve y rotunda el horror de la persecución de que fueron objeto los judíos por parte de los nazis y a su vez el secretismo que suele rodear al ejercicio sistemático de la crueldad.

Para intentar sobrevivir en la Europa de entonces muchos judíos tuvieron que tragarse el aullido de lobo que les subía por la escalera del esqueleto frente a la maquinaria arrolladora bajo la cual vieron sucumbir a sus padres, a sus hermanos, a sus hijos, frente a la barbarie que se abría ante ellos como único destino. Es lo que se ve obligada a hacer Rosa Lublin, protagonista de «El chal» y de «Rosa», al ver lo que le ocurre a su hija de quince meses, a la que ha tenido envuelta en la mantilla casi hasta el momento del desenlace.

Tras escribir ambas historias en 1977 Cynthia Ozick esperó tres y seis años respectivamente hasta publicarlas, por separado, en la revista The New Yorker y doce hasta editarlas juntas en un volumen. Ese recato, esa prudencia a la hora de compartir la literatura surgida de las experiencias soportadas por tantos seres humanos en los campos de la muerte, se trasluce en su manera de escribir. En su empeño por huir tanto de un lirismo sensiblero como del patetismo más chato. En su deseo de encontrar una forma de expresión adecuada para semejante atrocidad.

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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