
Ficha técnica
Título: El armario de la ginebra | Autora: Leslie Jamison | Traductor: Isabel Vericat | Editorial: Sexto Piso | Colección: Narrativa | Género: Novela | ISBN: 978-84-15601-81-4 | Formato: 15 x 23 | Páginas: 312 | PVP: 22,00 euros
El armario de la ginebra
Leslie Jamison
«¿Cómo pudo morir una mujer -una buena mujer, una mujer que amó lo mejor que pudo- y dejar este enredo de mala sangre tras ella, este nido horrible de iracundas, iracundas mujeres?». La muerte de la abuela Lucy saca a la luz una silenciada tragedia familiar que afecta de lleno a tres generaciones de mujeres profundamente heridas. La más joven, Stella, descubrirá que su madre tiene una hermana y su abuela, otra hija, Tilly, cuya existencia ha sido ocultada como una maldición, o una enfermedad.
Tilly cumple a su pesar los requisitos de la perfecta oveja negra. Huyendo del aturdimiento familiar, pero con una inmensa y constante sed de regresar a él, abandonó muy pronto su hogar y, desde muy joven, aprendió a vivir la vida con todos sus sinsabores. Su sobrina Stella parte en su búsqueda y decide ayudarla a salir del agujero en el que se encuentra y llevarla con su hijo a San Francisco. Escapando también ella de sus propios problemas, pero sin poder desprenderse de ellos por completo, Stella emprende la arriesgada aventura de salvar la vida de Tilly.
El armario de la ginebra es una historia de amor y oscuridad: la crudeza de las narraciones en torno al alcoholismo y la desolación se mezcla constantemente con la belleza del lenguaje, dando lugar a una estremecedora historia sobre la posibilidad -o no- de una vida distinta para cada uno de los personajes.
«El armario de la ginebra no es una fantasía escapista, sino una angustia lenta y constante. También es exquisitamente hermosa. Jamison escribe como una poeta, su imaginería es impresionante, sus frases se despliegan de forma impredecible hacia el devastador final de la novela». San Francisco Chronicle
«Jamison escribe con valentía acerca de la enfermedad, el sexo y los peligros de la carne sin inmutarse. Va a convertirse en una voz poderosa en la ficción contemporánea». Time Out New York
PÁGINAS DEL LIBRO
STELLA
En Navidad encontré a la abuela Lucy tendida en el linóleo. Se había caído. El refrigerador zumbaba detrás de su cuerpo desnudo como una matraca letal. Tenía pañuelos desechables ensangrentados hechos bola en los puños, pero estaba viva y hablaba.
-Lo único que quería era un yogurcito -dijo-. Me ha salido sangre de la nariz.
Con los brazos aleteando en el aire, buscando donde agarrarse, dedos de humanos, lo que fuera. Fue la primera vez que vi todo su cuerpo -los colgajos de su piel espectral y todas las venas azules por debajo-.
Yo había viajado en tren atravesando el inestable invierno de Connecticut con una rebanada de pan de jengibre y un sándwich de jamón lleno de pedazos de grasa que eran su manjar favorito. Llevaba una bolsa de regalos.
-¿Son para mí? -me preguntó desde el suelo.
Lucy estaba temblando, nunca la había visto así, tan ansiosa por agarrarlo. El rostro retorcido como si estuviera tratando de mantener firmes los rasgos mientras algo sucedía por debajo. Me tomó la mano. Tenía los dedos untuosos de alguna loción.
-Necesito a Matilda -dijo. Con la voz tranquila y segura, como si la petición fuera totalmente razonable. Yo nunca había oído de nadie con el nombre de Matilda.
La agarré fuerte por la muñeca y deslicé una mano por debajo de la corva de su espalda: tenía la piel floja entre las canicas huesudas de la espina dorsal.
-No tires -dijo-. Duele.
Llamé a mi hermano.
-Tienes que preguntarle: «Lucy, ¿te has dado un golpe en la cabeza?» -dijo Tom. Cubrí el auricular del teléfono con la mano ahuecada y esperé la respuesta de Lucy. Tom estaba
a la espera.
-Era sólo yogur -dijo-. Sólo quería un poquito.
Me arrodillé junto a ella. Mis botas rechinaron sobre el linóleo.