Ficha técnica
Título: Destinos intermedios | Autor: Octavio Escobar Giraldo | Editorial: Periférica | ISBN: 978-84-92865-07-9 | Páginas: 208 | PVP: 16,5 € | Publicación: Enero de 2010
Destinos intermedios
Octavio Escobar Giraldo
Asesinos veteranos e improvisados, burócratas pueblerinos y adolescentes deseosas, un cuenta-chistes profesional y unas prostitutas desengañadas, entre otros personajes dibujados con precisión, son los protagonistas de esta vertiginosa historia que enlaza destinos en Aguasblancas, la población ribereña colombiana que Octavio Escobar Giraldo ya nos presentó en Saide, su primera novela, que bajo nuestro sello logró una buena acogida crítica y ha sido traducida posteriormente al alemán e italiano.
Destinos intermedios se atreve a desbordar los límites del género negro sin dejar de narrar una época y un tiempo marcados por la violencia, la marginación y el narcotráfico. Es una invitación a recorrer las carreteras que bordean el caudaloso río Magdalena con el calor asfixiando las páginas y el eco de los disparos atravesando los días.
«Cuando terminé los estudios de medicina, fui enviado a cumplir mi servicio social obligatorio a una población del Magdalena medio colombiano en la que convergían narcotráfico, paramilita-rismo y violencia política; un mundo de tierra caliente, con licencias de puerto, que fue una experiencia tan novedosa e impactante para mí que la describí en Saide, uniéndola a una historia de amor obsesivo. Destinos intermedios me permitió volver a ese mundo con una óptica más madura, enriquecida por los años y la historia colombiana reciente, y desde un abordaje literario diferente, que privilegia, entre otras cosas, el ritmo narrativo, una interacción muy dinámica con el lector. Lo que no ha cambiado es mi deseo de mostrar lo que las diversas violencias le hacen al ciudadano común y corriente, que no está implicado directamente en sus causas pero es afectado y construye una cotidianidad desde el miedo, también desde la complicidad, al punto de formar parte de una víctima colectiva que con sus decisiones se convierte en parte del problema. Nadie ha dicho que sea fácil vivir un país de destinos intermedios.» Octavio Escobar Giraldo
PRIMERA PARTE
Todavía faltaban cincuenta minutos para la cita. Había superado las carreras que lo separaban de la Séptima y caminaba por el andén oriental, rumbo al centro de Bogotá. Miró a su alrededor buscando en qué distraerse. En una época lo tentó mucho la idea de entrar al Planetario, pero, burlándose, Emma le explicó que la cúpula no se abría para que los espectadores miraran las estrellas, como él pensaba; que un aparato proyectaba el cielo nocturno en la concavidad interior. Fue tanto su desengaño que se durmió en la única función a la que asistieron.
Se acercó a la terraza Pasteur. En una caseta situada al lado de las escaleras eléctricas pidió una cerveza que tuvo que pagar por adelantado. Bebió un primer trago larguísimo y encendió un cigarrillo. Los tres adolescentes que estaban a su lado, el más joven muy maquillado, hablaban de marcas de ropa sin ocultar su amaneramiento. Lo evaluaron y decidieron que no era un cliente potencial. En el cine X del otro lado de la calzada exhibían Obsesión carnal y Más allá del deseo, títulos falsos para reciclar películas viejas, rayadas y llenas de cortes.
Despachó la cerveza y abandonó el centro comercial; prefería el ruido de la calle a la competencia entre los diversos tipos de música por retener a una clientela cada vez más pobre. Dejó caer la colilla encendida y, sin pensarlo mucho, caminó hasta la cafetería de la esquina y pidió un par de empanadas. Rodeado por oficinistas y dependientes que apenas salían de sus trabajos, las comió despacio, llenándolas de un encurtido picante que le alborotó la rinitis. Las acompañó con un café doble: necesitaba estar sobrio para la entrevista.