Ficha técnica
Título: A contraluz | Autora: Rachel Cusk | Traducción: Marta Alcaraz | Editorial: Libros del Asteroide | Formato: 12,5 x 20 | Páginas: 224 | Fecha: sept-2016 | ISBN: 9788416213825 | Precio: 18,95 euros | E-book: 10,99 euros
A contraluz
Rachel Cusk
Una escritora inglesa llega a Atenas en pleno verano para impartir unos cursos de escritura. Durante su estancia en la capital griega, la gente que va encontrándose decide sincerarse con ella y contarle aspectos importantes sobre sus propias vidas.
En el calor sofocante de la ciudad, los diferentes interlocutores confiesan sus amores, sus ambiciones y miedos a la narradora, de quien apenas sabemos que está separada y es madre de dos hijos. De este modo, una secuencia de voces ajenas va trazando un complejo tapiz humano que acabará perfilando por contraste la personalidad de la narradora y los sucesos más decisivos de su vida: el sentimiento de pérdida, la búsqueda de un sentido a la vida familiar, la dificultad de establecer lazos de confianza o el misterio de la creatividad. A contraluz nos habla de cómo construimos nuestra forma de ser a partir de nuestra propia vida y de la de los demás.
Publicada en 2014 y aclamada por la crítica, A contraluz confirma a Rachel Cusk como una de las escritoras más brillantes de la literatura contemporánea.
Lo que se ha dicho:
«Escrita con el máximo nivel de exigencia (…) Una novela en la que forma y contenido se funden perfectamente. Soy mucho mejor después de haberla leído.» Jeffrey Eugenides
«Una novela letalmente inteligente… leer A contraluz es como estar debajo del agua, separado del resto de la gente por una sustancia más densa que el aire. Pero no hay nada borroso o apagado en la visión literaria de Cusk y en su escritura: cuando se lleva un tiempo con esta novela unos se convence de que Cusk es una de los más brillantes novelistas actuales.» Heidi Julavits (The New York Times Book Review)
«A contraluz es un éxito rotundo. Entre otras cosas porque en sus páginas consigue atrapar a una amplia variedad de seres humanos a los que retrata con autenticidad y hondura; un placer elemental que hace que el libro se lea como una novela de suspense. (…) Un logro espectacular.» James Lasdun (The Guardian)
«A veces un libro aparece en tu vida justo cuando lo necesitas. (…) A contraluz limpia el paladar.» Dwight Garner (The New York Times)
«Una novela radical (…). El resultado, que recuerda a Karl Ove Knausgård en su esfuerzo por derretir el artificio de la ficción reconfortante, es una especie de retrato en negativo de una mujer que resiste a las concesiones de la vida y el arte.» Megan O’Grady (Vogue)
«A contraluz es fascinante, rompe con el estilo convencional de Cusk en sus trabajos anteriores (…). A contraluz se siente diferente, y su mundo se entremezcla con el nuestro, aunque no por las razones que podríamos esperar.» Elaine Blair (The New Yorker)
«Una de las novelas más extrañas, impactantes y originales que he leído en mucho tiempo. (…) Un triunfo de actitud y atrevimiento, una clase magistral sobre tonalidad literaria.» Julie Myerson (The Observer)
«Cuidadosamente lograda, y fascinante tanto en la superficie como en un nivel más profundo.» Hilary Mantel
«Rachel Cusk pertenece a ese grupo de escritores que podrían hacer de su lista de la compra una lectura fascinante. (…) Una autora de una inteligencia casi feroz.»Begoña Gómez (Culturas – La Vanguardia)
«Cusk es capaz de construir relatos en los que la soledad, la maternidad, la escritura y el sexo -o su ausencia- se entremezclan y confunden. Y de ese desorden surge una belleza extrañamente perturbadora.» Xaime Martínez (PlayGround)
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Antes del vuelo, estaba invitada a almorzar en un club de Londres con un multimillonario que, según me habían prometido, tenía credenciales progresistas. Con el cuello de la camisa desabrochado, se explayaba sobre el nuevo software que estaba desarrollando, gracias al cual las empresas iban a poder identificar a los empleados con mayor propensión a robarlas o a traicionarlas en un futuro. Lo que tendríamos que haber estado haciendo era hablar de la revista literaria que él quería publicar, pero, por desgracia, tuve que marcharme antes de que tocáramos el tema. Insistió en pagarme un taxi al aeropuerto, lo que me vino muy bien, porque iba con retraso y llevaba una maleta muy pesada.
El multimillonario había mostrado muchísimo interés en ofrecerme algunas pinceladas de su historia, de inicios poco halagüeños y un final en el que -obviamente- él era ese ricachón que hoy tenía sentado frente a mí al otro lado de la mesa. Me pregunté si, en realidad, lo que ahora querría sería convertirse en escritor y si la revista no sería una excusa para ello. Muchísima gente quiere dedicarse a escribir, y no hay razón alguna 001M-2751.indd 7 14/07/16 14:23 8 RACHEL CUSK para pensar que el dinero no puede abrir puertas. Ese hombre había pagado ya muchas veces para entrar y salir de donde se le antojaba. Mencionó un plan en el que estaba trabajando, un plan para erradicar a los abogados de la vida privada de la gente. También tenía entre manos el proyecto de un parque eólico flotante tan grande que pudiera alojar a toda la comunidad de empleados necesarios para mantenerlo y garantizar su funcionamiento; la gigantesca plataforma podría ubicarse en alta mar, así eliminaría las antiestéticas turbinas del tramo de costa donde confiaba en poder poner a prueba el proyecto y donde, por cierto, él tenía una casa. Los domingos tocaba la batería en una banda de rock; lo hacía para divertirse, nada más. Estaba esperando el hijo que hacía el undécimo; teniendo en cuenta que su mujer y él habían adoptado a unos cuatrillizos de Guatemala, la cosa ya no sonaba tan mal. Me costaba ir asimilando todo lo que me contaba. La camarera no dejaba de traernos cosas: ostras, salsas, vinos extraordinarios. Él se distraía fácilmente, igual que un niño con demasiados regalos de Navidad. Pero cuando me acompañó al taxi y esperó a que yo subiera, me dijo: «Que lo pases muy bien en Atenas», aunque yo no recordaba haberle dicho que era allí adonde me dirigía.