Jean-François Fogel
Me gusta un montón el portfolio de un joven catalán, Miquel Mora que acabo de descubrir en el sitio del Royal College of Art de Londres. Los locos que anuncian la muerte del papel (periódicos, libros, etc.) se equivocan. Lo que viene es la muerte de la rotativa y la mutación del papel que será en el futuro tanto de procedencia vegetal (papel clásico) como sintética (papel electrónico).
La idea del sobre que tiene la memoria de sus viajes, la del despertador que se aplasta para protestar contra la salida forzada del sueño, o la del documento que viene con un GPS incorporado para encontrar el camino hacia su destinario son visiones del futuro que nos espera. Un mundo donde lo más difícil no será la ruptura con el papel sino con la idea del viejo papel, algo pasivo que se puede romper, quemar y que aguanta el tiempo entre dos pieles de vacas.
Hace unos días, leyendo lo que Tom O’Reilly escribía sobre una ponencia en su conferencia Tools of Change for Publishing (TOC) descubrí el trabajo de Manolis Kelaidis, también del Royal College of Art. Se trata de conectar un libro a una computadora que añade las luces, imágenes, sonidos o datos para configurar una lectura de una dimensión nueva. Es deslumbrante. Vaya papel. El viejo soporte tiene futuro.