Jean-François Fogel
La otra isla es una novela de Francisco Suniaga. "Suniaga es un hombre político y el editor de una revista, nadie sospechaba que podía escribir una novela como ésta", me dijo en Caracas el amigo que me regaló este libro. Publicado por Oscar Todtmann editores, en noviembre de 2005, lo que hace ver que unos millares de ejemplares en un país que tiene pocas librerías no tendría que seguir circulando cerca de tres años después. Además, es la primera novela de su autor, pero, y lo voy a escribir de manera directa, es una obra maestra que va a sobrevivir y salir de Venezuela para tener otra vida. Puedo entender que hay algo esnob en el hecho de escribir sobre una novela imposible de encontrar fuera de una República bolivariana, pero hace tiempo que no había leído un libro con tanto dominio del oficio de novelista.
El libro cuenta una historia que tiene lugar en la isla Margarita "el único lugar del planeta donde todos mandan y nadie obedece". Por el calor físico que transpira de sus páginas, por el choque de culturas entre sus protagonistas venidos de dos mundos, por lo absurdo "que en Margarita forma parte del arreglo permanente que equilibra la gente con su entorno", es una obra que hace pensar en el mejor Graham Greene. Es la historia del encuentro entre Wolfgang, un alemán, y los gallos de combate. La eterna historia (tenemos que pensar en Somerset Maugham) de un hombre del primer mundo que pretende incorporarse al tercer mundo. Como lo dice un margariteño "una vaina es que te gusten los gallos y otra, muy distinta, es ser gallero". Lo que mata a Wolfgang, no son los pormenores del fin de su vida biológica sino la isla Margarita. Allá, "para que algo salga como debe ser se requiere un milagro" explica muy bien Suniaga.
¿Cuáles son sus cualidades como novelista? Me parece que tiene todo: sabiduría en la arquitectura, escritura precisa, tremendo poder de evocación (paisajes, entornos humanos, estilos de vida, etc.), capacidad de pintar personajes muy distintos cada uno con su voz. Se citan a dos autores en la novela: Joseph Conrad y Juan Rulfo. De Rulfo, Suniaga tiene el castellano directo, sin una grasa de retórica, de Conrad, tiene la capacidad de mezclar la visión del mar con el alma de un personaje para componer una obra duradera. Una gran novela no elude el tema de la condición humana. Es el tema de la otra isla. Podemos cambiar de isla, pero nunca llegaremos a ser otra persona, incluyendo un gallero.
El excelente dibujo es del artista venezolano Gregorio Camacho.