Jean-François Fogel
Se habla poco del intento del editor de Harpers Collins en el Reino Unido de utilizar al público para buscar nuevos talentos literarios dentro del caudal de manuscritos que llegan a sus oficinas. El método es muy sencillo: tal como la multitud puede escribir una enciclopedia en el sitio Wikipedia, se busca usar a esa misma multitud para leer los manuscritos de autores que buscan un editor. El experimento tiene un nombre, Authonomy, y funciona, claro, a través de un sitio en la red.
¿Qué se hace en el sitio Authonomy (neologismo que combina las palabras inglesas autor y autonomía)? Básicamente dos cosas: por una parte subir o descargar textos, y por otra parte valorar la calidad de los textos. Pero como se trata de un sitio, se utiliza el formato más popular en línea: la clasificación. Hay listas de las obras más valoradas y listas de personas. Se trata de elegir a las obras más populares y a los escritores aficionados que más talento tienen. ¿Qué ganan los ganadores? Por el momento nada más que la posibilidad de ganar algo. Me explico: Harpers Collins, cuyos editores no pueden leer los 2.500 manuscritos de autores neófitos recibidos cada año, se compromete a asegurar la lectura de los diez manuscritos elegidos por audiencia cada mes. Si tienen algo, según los lectores "profesionales", serán publicados. La presencia de un reloj en varias páginas del sitio añade la sensación de una especie de oferta limitada en el tiempo. La multitud lucha contra reloj para sacar a alguien del anónimo.