Iván Thays
Melania Mazzucco
Melania G. Mazzucco estuvo en España para presentar su nueva novela, editada por Anagrama, La larga espera del ángel. Una novela biográfica (parece que está de moda eso de recrear vidas célebres) sobre la agonía del pintor Tintoretto y el repaso de su vida y de su época. Alberto Ojeda la entrevista para El Cultural.
Aquí algunas respuestas:
Pregunta.- Reconoce que hace unos años no sabía apenas nada sobre Tintoretto. ¿Cómo surgió su interés por este pintor?Respuesta.- El interés se me despertó cuando vi en la iglesia veneciana de la Maddonna dell?Orto su cuadro Presentación de la virgen en el templo. Me conmovió mucho cómo un pintor del Cinquecento presenta el destino de la niña y cómo se ocupa del mundo femenino, porque el cuadro está lleno de mujeres. Me desconcertó porque yo tenía una idea muy diferente de Tintoretto. En la escuela me habían dicho que eran un pintor manierista, de la contrarreforma? Nada que ver con lo que estaba viendo. Entonces empiezo a investigar más sobre él, a viajar a Venecia a menudo, y me compruebo que la niña del cuadro es Marietta, su hija ilegítima, una mujer fascinante, también pintora, de la que se había perdido su rastro, y con la Tintoretto mantuvo una relación de amor absoluto. P.- La relación de Tintoretto con esta hija ilegítima que nació de su relación con una prostituta alemana trascendió lo estrictamente paternofilial?R.- Fue una relación muy compleja; una relación entre creador y criatura, se podría decir. Tintoretto marcó casi todos lo pasos de esta hija. La obligó a casarse con quien él quería y también fue él quien le enseñó a pintar. Ella fue seguramente su mejor alumna, pero acabó renunciando a su libertad por seguir las exigencias paternas, hasta quedar prácticamente disuelta en la excesiva protección de Tintoretto. Es algo que llama la atención, porque él tuvo otras cuatro hijas legítimas, pero nunca se preocupó por ellas tanto como por Marietta. En esa época las hijas ilegítimas eran, por lo general, abandonadas a su suerte. Fue una relación de amor absoluto, en la que él deseo también estaba presente. P.-¿Por qué decidió contar la historia con la propia voz de Tintoretto, en primera persona? R.- Eso ha sido una de las cosas más difíciles en la escritura de la novela. Tintoretto era un pintor muy temerario, le gustaban pintar cuadros que le plantearan alguna dificultad o algún desafío. Era un hombre que se arriesgaba en sus decisiones, estéticas y vitales, y yo creía que si escribía sobre él también me debía arriesgar, para intentar estar a su altura. También lo creí necesario porque Tintoretto fue el creador de la historia de su hija Marietta, él contó y escondió lo que quiso. En realidad, fue como su biógrafo. P.- En su opinión, ¿qué cualidades hacen de él un pintor especial? Decía Sartre que fue ?el primer cineasta?. R.- Fue un pintor muy avanzado para su tiempo, muy moderno. Su pintura te impacta en cuanto la ves: sus cuadros y sus personajes son los que te observan a ti, y no al revés. Además fue capaz de pintarlo todo. Ha pintado a Jesucristo y muchas escenas religiosas, la mitología griega y muchos retratos de sus contemporáneos. Pinta príncipes, nobles y obispos mirándoles cara a cara, sin intimidarse por su cargo o por su estatus social. Los miraba simplemente como a seres humanos. Fue también un pintor muy intelectual, que manejaba textos condenados por heréticos. Estaba continuamente investigando sobre la religión. Era una mente muy inquieta, siempre a la búsqueda. No en vano, se le definía como el cerebro más terrible de la pintura.