Iván Thays
Gyorgy Konrad
Rafael Narbona advierte en El Cultural, sobre el libro del húngaro Gyorgy Konrad ?Viaje de ida y vuelta es un relato autobiográfico que pasará desapercibido, mientras otros libros perfectamente prescindibles disfrutarán de una difusión inmerecida.?
Para que no pase desapercibido, vale la pena comentar su reseña en el suplemento El Cultural de ?El Mundo?.
El niño del pijama de rayas no aporta nada al Holocausto. Sólo contribuye a banalizarlo con su prosa raquítica y su lamentable sentimentalismo. Es una vergüenza que algunos institutos lo hayan escogido como lectura obligatoria. Viaje de ida y vuelta sí es un libro necesario, que podrían leer los más jóvenes, pues su prosa está depurada hasta una sencillez elemental, donde se funden el talento poético y el sentido narrativo. La familia Konrád nunca se cuestionó su identidad húngara y jamás incurrió en el fanatismo religioso. De hecho, el joven György experimenta una identificación emocional con Hungría durante la guerra, pese a que su gobierno ha pactado con la Alemania de Hitler. Su patriotismo recuerda al de Jean Améry, que no descubrirá la verdadera naturaleza del fervor nacionalista hasta ser torturado y deportado. El padre de György era un próspero comerciante, que lo perderá todo cuando Alemania emprende su última aventura militar, invadiendo Hungría y deportando en menos de un mes a 300.000 judíos. György Konrád conmueve con su prosa y su coraje. Sobrevivió al Holocausto, luchó activamente contra el comunismo y ahora nos recuerda que el antisemitismo pervive en Hungría y el resto de Europa. En su pueblo natal, la sinagoga sigue siendo un almacén y el cementerio un lugar fantasmal, con las lápidas rotas o profanadas. Europa nunca ha dejado de ser una tierra inhóspita para el pueblo del Libro, pese a su enorme deuda con una comunidad pródiga en escritores, científicos y poetas.