Iván Thays
enredos
Los escritores se enredan, dice Daniel Arjona, quien escribe para El Cultural de ?El Mundo? un artículo sobre cómo las redes sociales han terminado por involucrar a la actividad literaria. Le agradezco mucho que le dedique un párrafo al Moleskine Literario:
? La actividad de algunos importantes narradores en las redes resulta errática. Lorenzo Silva no actualiza su Twitter desde hace más de veinte días y su actividad anterior no superaba el comentario por mes, para decepción de su centenar de seguidores. Otros, como Jorge Volpi se han visto tal vez superados por las multitudes virtuales como muestra el hecho de que su perfil en FB avise al lector que busca su amistad que el mexicano ?tiene demasiadas solicitudes pendientes?. Por contra, los hay que no paran. El peruano Ivan Thays, activísimo, no deja un hueco de las redes sin tocar y, sin embargo, su bulímica deglución de información literaria -su blog es lo primero que consultan a diario editores como Jorge Herralde- sufrió una radical mutación el pasado julio. ¿El motivo? El Mundial de Fútbol de Sudáfrica que trocó, durante todo un mes, los comentarios librescos por los de las jugadas. Minuto a minuto, sin exagerar.
La nota comenta los distintos casos, en España y en el mundo anglosajón, de cómo las redes sociales acogen páginas de fans o de los autores mismos. Y también recoge algunas declaraciones de autores españoles que participan de estas redes sociales. Por ejemplo:
¿Cómo afecta la hipervisibilidad y la cháchara a los escritores españoles interrogados? Eloy Tizón (Madrid, 1964), cuyo perfil en Facebook es un hospitalario punto de encuentro para sus más de 600 amigos, apunta que ?el excesivo contacto afecta tanto al escritor como no tener ninguno. Entre el zoco y la torre de marfil debe haber algún término medio. Facebook es una especie de gigantesca sopa de letras en permanente estado de ebullición; un pulpo; un panóptico; un escaparate que tiene mucho de espejismo?. Asegura Fernando Marías (Bilbao, 1958) que Facebook le ha ayudado a vender ?muchos? ejemplares de Todo el amor y casi toda la muerte, (Premio Primavera 2009). ?Me fascina las fórmulas de comunicación que han generado las redes sociales. Para hablar de tus libros con los lectores son valiosísimas. Y también me inspiran, mi muro es bastate literario?. ?En este país se sigue escribiendo como si no existiera la televisión? (Ray Loriga. El hombre que inventó Manhattan). Idéntica afirmación, sólo que sustituyendo la ?televisión? por ?Internet?, ha sido enmendada en los últimos años por una nueva generación de escritores decididos a correr en el campo de juego fragmentario de la cultura de masas. No es extraño así que sean algunos de los nocilleros los más activos peripatéticos de las redes. Agustín Fernández Mallo y Manuel Vilas, sin ir más lejos, aliñaron recientemente a cuatro manos una suerte de Manifiesto Facebook lúdico literario en el que secuenciaban las diferentes poses emocionales-estéticas-intelectuales que allí se prodigan. Vilas (Barbastro, 1962) defiende que ?Facebook le ha venido bien a la literatura: ensancha y democratiza la difusión de los discursos literarios. Es un delirio, una casa del terror posmoderno. Hay vanidad, hay estrés, hay soledad, hay adicción, hay fotos, hay exhibicionismo??. Otro de los renovadores de la Literatura actual, Kirmen Uribe, Premio Nacional de Literatura por Bilbao-New York-Bilbao (2009) asegura que ?la relación autor-lector está cambiando muchísimo. Ahora hay mucho más contacto. La red ha sido un motivo de inspiración muy importante en mi novela Bilbao-New York-Bilbao. ?. Montero Glez (Madrid, 1965), por su parte, se sirve de Facebook ?para hacer propaganda de mi material. Yo me lo tomo como un juego. Al igual que cuando me iba a los billares a jugar con las máquinas de marcianitos. Es algo infatiloide, pero se trata de conectar con tus semejantes y a partir de ahí, materializar lo virtual?. Tal vez quienes más gusten de las redes sociales con ímpetus creativos sean los poetas y, de manera especial, las jóvenes versificadoras. Y es que la Generación bloguer anda por todas partes, en las redes y en los bitácoras, cincelando versos en vivo con teclado y ratón. ¿Sus nombres? Ana Pérez Cañamares, Ana Gorría, Luna Miguel, Déborah Vukusic, Inma Luna, Rebeca Yanke? La foto del perfil de Facebook de la poeta tinerfeña Pérez Cañamares (1968) es la de su último poemario: Alfabeto de cicatrices (Baile del Sol, 2010). Trasiega desde hace un año por allí y sabe bien de sus ventajas: ?Me entero de la vida literaria de otros colegas y doy a conocer la mía; lo utilizo como trampolín para acceder a blogs y otros textos ; tengo reacciones de primera mano a mis libros. Permite una creatividad mayor de lo que pensaba en un primer momento.