Iván Thays
Bernard Pivot. Foto: Giulia Pannattoni
Un premio de la Asociación de Editores de Madrid ha permitido a Bernard Pivot llegar a España y ser entrevistado por El Mundo. Durante los años 80 y 90, a través de Apostrophe y de Bouillon de Culture, Pivot fue el referente literario de Francia y logró conducir los programas literarios paradigmáticos de la TV, no solo por contenido sino por el raiting enorme que logró convocar. Eran otros tiempos. Aunque ahora parece que la televisión no se interesa por programas como los de Pivot, las entrevistas que este realizó han quedado grabadas y son parte de la cultura literaria de todos.
Lo entrevista Alberto Ojeda:
Pregunta.- Sus programas disparaban las ventas de los libros de los autores que entrevistaba. ¿Cuáles eran sus estrategias y sus trucos para avivar el interés de los lectores? Respuesta.- No había trucos, sino mucho trabajo. Yo me tiraba leyendo cada día entre 10 y 14 horas. Me leía todos los libros, completos, de cada autor que entrevistaba. Era un enorme esfuerzo de reflexión? También era muy importante tener claro que el autor era más importante que el presentador y que las respuestas eran más importantes que las preguntas. P.- Alguna vez llegó a decir que la televisión era incapaz de transmitir la cultura clásica. ¿Hasta dónde llega su escepticismo hacia este medio como instrumento divulgativo? R.- Siempre pensé que la televisión era un medio complementario de la radio y la prensa escrita. Esta última es la que debe jugar el papel principal en la transmisión de la cultura. P.-¿Y en qué situación se encuentran los programas de libros en la televisión francesa? R.- Están marginados por otros programas, sobre todo en las cadenas públicas. Para seguirlos hay que tener más paciencia que un santo, porque los ponen a muy altas horas, tras los partidos de fútbol y los debates políticos. De todas formas, ha cambiado mucho la forma de ver la televisión respecto a cuando yo estaba activo. Antes las familias se juntaban para ver Apostrophe. Ahora, cuando terminan de cenar, los hijos se van corriendo hacia sus ordenadores. P.-¿De las cientos de entrevistas que ha hecho cuál le ha dejado un recuerdo más especial en su memoria? R.- Creo que la que le hice a Aleksandr Solzhenitsyn, en los Estados Unidos, en 1983. La última pregunta de mi entrevista fue: ?¿Cree que volverá usted a su tierra antes de morirse??. Me respondió que sí, que tenía la íntima convicción de que lo haría. Parecía algo utópico en ese momento, antes de la caída del Muro. Pero al final pudo hacerlo. La mayoría de las veces la historia no permite a las personas cumplir sus sueños, pero en este caso sí lo permitió. Fue algo muy emotivo. P.-¿Y se quedó con las ganas de entrevistar a algún escritor en particular, alguien que le resultó siempre esquivo? R.- Me pasó sobre todo con autores franceses mayores, de antes de que la televisión fuera un medio masivo, como René Char y Julien Gracq. Y también con Samuel Beckett. P.-¿Qué excusas ponía para eludir sus invitaciones? R.- Bueno, yo no hablaba con él directamente. Lo hacía con su editor y me decía siempre que era imposible. La verdad es que hubiera sido una locura llevarle a la televisión. Beckett estaba sumido en un mutismo radical. Me hubiera dejado petrificado en el plató. P.- Houellebecq es el autor francés que más se lee en España, un autor que despierta opiniones encontradas. ¿Cuál es la suya? R.- Sí, es el autor francés que más se lee por todo el mundo. Creo que la gente fuera tenía ya ganas de que un escritor francés no sólo les contara sus amoríos. Su gran mérito es hablar del mundo contemporáneo, con mucha perspicacia. Es una mezcla de originalidad, pesimismo, humor y desvarío. P.- Jorge Semprún fue el escritor español que más presencia tuvo en sus programas. ¿Cómo encajó la noticia de su muerte y cómo valora su obra? R.- Es muy emotivo para mí hablar de él. Era un gran amigo mío, cercano e íntimo. Tengo la intención de rendirle un homenaje en la ceremonia de entrega del premio. Fue el escritor francés más español. Y el escritor español más francés. En realidad, Semprún representa como nadie la figura del auténtico escritor europeo. P.-¿Y qué otros autores españoles le interesan? R.-Eduardo Mendoza, Pérez-Reverte, Vázquez Montalbán? Y de los que escriben en español destacaría a Vargas Llosa.