Iván Thays
Antonio Ungar. Foto: Mario Múnera
? y yo advertí: ojo con el colombiano. Mis dos apuestas eran que tras el seudónimo podían estar Antonio Ungar o Juan Gabriel Vásquez. Y no me equivoqué.
El Premio Herralde de Novela 2010 fue para el narrador colombiano Antonio Ungar y la novela Tres ataúdes blancos. Un fallo en el que hay que destacar varios aspectos. Primero, es el primer colombiano en ingresar a la lista de Anagrama (o uno de los poco, me parece que Evelio Rosero publicó hace décadas un libro ahí). En segundo lugar, el premio vuelve a América Latina, luego de que el año pasado fuera completamente español. Y en tercer lugar, no hay Finalista este año, lo que comprueba que la calidad de los semi-finalistas (14 en total) estuvo por debajo de lo esperado.
Antonio Ungar publicó las novelas Orejas de lobo y Zanahorias voladoras y el libro de cuentos Trece circos y otros cuentos comunes. Fue uno de los seleccionados del Bogotá39 y hasta hace poco ha vivido en Palestina. Actualmente vive en Bogotá.
La novela, al parecer, es un thriller político que ocurre en un país latinoamericano. Dice la nota:
Tres ataúdes blancos es un thriller en el que un tipo solitario y antisocial es forzado a suplantar la identidad del líder del partido político de oposición y a vivir todo tipo de aventuras para acabar con el régimen totalitario de un país latinoamericano llamado Miranda. Ese argumento de thriller bizarro es, sin embargo, una suerte de estructura vacía, un esqueleto en el que la novela crece, salvaje, impredecible, saliendo a borbotones de la voz del protagonista. Desaforado, desquiciado, hilarante, el narrador usa todas sus palabras para cuestionar, ridiculizar y destruir la realidad (y para reconstruirla de nuevo, desde cero, como nueva). Perseguido sin descanso por el régimen del terror que en Miranda todo lo controla y por los abyectos políticos de su propio bando, solo contra el mundo, el protagonista es finalmente alcanzado y cazado. Su enamorada en cambio consigue huir milagrosamente, y con ella queda viva la esperanza de un nuevo comienzo para la historia.Tres ataúdes blancos es un texto abierto, polifónico, dispuesto para múltiples lecturas. Puede ser entendido como una sátira feroz de la política en América Latina, como una refinada reflexión acerca de la identidad individual y la suplantación, como una exploración de los límites de la amistad, como un ensayo sobre la fragilidad de lo real, como una historia de amor imposible. Envuelta en un envase de thriller fácil de abrir y de leer, llena de humor, esta novela propone sin duda un juego literario complejo y fascinante. La novela que consagra indiscutiblemente a uno de los autores mayores de su generación en lengua española.