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Escrito por

Harry Kessler

Harry Kessler (1868, París-1937, Lyon) es hijo de una aristócrata anglo-irlandesa, la baronesa Alice Blosse-Lynch, y de un banquero alemán, Adolf Wilhem Kessler, nombrado conde por el káiser Guillermo I por sus servicios a Alemania. Estudia en París, Ascot (Inglaterra) y Hamburgo y accede a la universidad en Bonn y Leipzig donde cursa Derecho e Historia del Arte. Trabaja en la revista Pan, emblema del modernismo alemán y dirige el Museo de Arte y Oficios de Weimar. Descubre las vanguardias en 1905, de la mano de su amigo Aristides Maillol. Participa en la Gran Guerra, primero en los frentes de Bélgica y los Cárpatos, y a partir de 1916 como jefe de propaganda en Berna. En 1918 es nombrado embajador en Varsovia para la repatriación de las tropas alemanas. En los años veinte participa en política: es candidato del Partido Democrático Alemán, de izquierda moderada, y aboga por una Sociedad de la Naciones que no reproduzca las luchas entre los estados. Publica los libros de bibliófilo Églogas de Virgilio (1926) y Hamlet de Shakespeare (1930), una de las mejores obras del arte de impresión del siglo XX. Presencia el ascenso del nazismo, al que sucumbe gran parte de su entorno en Alemania, como es el caso de su mejor amiga, Helene von Nostitz. En 1932 publica sus memorias, Rostros y vidas. En 1933 se exilia en París debido al acoso de los nazis, lugar que alterna con Palma de Mallorca. En 1935 sale de Mallorca, a la que nunca más volverá, sobre todo cuando tiene noticias de que tras el levantamiento de Franco del 18 de julio de 1936, está en una lista negra de las nuevas autoridades militares. Con una salud cada vez más deteriorada se traslada a vivir a la Lozère, en el sudeste de Francia, en un castillo propiedad de su cuñado, el marqués de Brion. Muere en el hospital de las Hermanas de María en Lyon a los 70 años.

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