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Escrito por

Giuseppe Cesare Abba

Nació en Cairo Montenotte en 1838 y murió en Brescia en 1910. Desde muy joven sintió gran pasión por la Historia, la Poesía y la Filosofía, y comenzó sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Génova, que dejó, influido por las ideas de Mazzini y la Joven Italia, para alistarse en la caballería y, poco después, en el ejército de Garibaldi, quien trataba de unificar toda Italia. Así, formaría parte de la famosa expedición al Reino de las Dos Sicilias de los mil camisas rojas (conocidos como los Mil), expedición a la que luego dedicó algunos de sus más conocidos textos. En 1862, tras la llamada Segunda Guerra de la Independencia, asiste a la Universidad en Pisa, hasta 1866, cuando vuelve como voluntario al ejército de Garibaldi para combatir contra los austriacos. Tras esta campaña, se instala en su pueblo para ejercer como alcalde del mismo y, más tarde, como profesor en Faenza o Brescia, hasta aceptar el cargo de senador del reino en 1910, poco antes de su muerte y tras un largo período dedicado a la escritura de crónicas y  manuales relacionados con sus experiencias garibaldianas y su gran conocimiento del país. Aunque en su época fue más conocido por libros tan ambiciosos como Le rive Della Bormida nel 1794 (1875) o Noterelle d'uno dei Mille (que tuvo diferentes versiones y que publicó finalmente como Da Quarto al Volturno en 1891), hoy quizá tienen más interés sus breves textos  memorialísticos y ensayísticos, entre otros Cose vedute, Le Alpi nostre, Cose garibaldine, Ricordi e meditazioni o esta Crónica de un tiempo perdido, que concluyó días antes de morir. BLURBS«Siempre recomiendo las crónicas de Abba a aquellos que desean leer un buen relato, pero lejos el espacio de la ficción.» Luigi Malerba«Los libros de Abba recuerdan en algo a los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós, pero como escritos por una prosa menos seca, más ligera y encantadora; y menos dramática también.» Ernesto Giménez Caballero«He sabido mucho de mi Italia preferida a través de algunos libros de Giuseppe Cesare Abba, y he copiado pasajes enteros de esos libros y opúsculos -que circulan aquí de mano en mano de los lectores más atentos- para algunos amigos queridos, con el fin de que supieran a través de mis cartas cómo se construyó esta nación, que ha sido derruida y reconstruida cien veces, pero siempre hermosa, gracias a la tarea de hombres fascinantes y famosos, pero también de hombres de talento algo más secreto aunque igualmente necesario. Como el de Abba. En sus páginas sobre esta parte de Europa, quiero reconocer ahora también las otras Europas que conozco, el resto del mundo: todos los lugares son el mismo lugar. Sin embargo, lo mejor de los libros de este escritor no es su fidelidad a los hechos, sino la gracia y sutileza con la que nos los cuenta.» D. H. Lawrence

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