
Ficha técnica
Título: La sonámbula y más relatos inquietantes | Autora: Marie Luise Kaschnitz | Traducido del alemán: Santiago Martín Arnedo | Editorial: Hoja de Lata | Páginas: 172 | ISBN: 978-84-16537-16-7 | Fecha: marzo 2017 | Precio: 17.90 euros
La sonámbula y más relatos inquietantes
Marie Luise Kaschnitz
Algo tienen de adictivos los relatos de Marie Luise Kaschnitz. Leer el primero llevará inevitablemente a hacerlo con un segundo, un tercero.
Los ambientes oscuros, las personas inquietantes, los comportamientos impropios de ciudadanos corrientes son sus ejes transversales, pero también, la calidez humana, la colorista alegría infantil o la resistencia ante la pérdida de la inocencia. Un trasatlántico que nadie parece comandar, un jardinero gigante e inocente al que tiranizan los niños o una mujer escondida en casa de un familiar de la persecución nazi nos sumergen en el magistral suspense psicológico que genera la gran autora alemana.
Introducirse en la galardonada narrativa breve de Kaschnitz nos hace volver a nuestra infancia, a la lectura de cuentos de miedo a la luz de una lámpara. A pesar del temor que nos crean, el ambiente mágico al que nos transportan hacen que no podamos renunciar a seguir leyendo.
PÁGINAS DEL LIBRO
Al menos algo tendría que haberle llamado la atención a don Miguel del barco al que acompañaba a su hermana Viola, y caer en la cuenta de que se trataba, tal y como luego se descubrió, de un barco equivocado. Se hacía tarde, casi demasiado tarde para llegar al puerto. Los portadores se habían adueñado del equipaje en el paso de aduanas, muelle número 5, y pese a que había sonado ya la última señal, don Miguel había cruzado la pasarela junto a su hermana para asegurarse de que se le adjudicara un camarote. Habían surgido algunos contratiempos, pero todo estaba finalmente resuelto y don Miguel pudo darle un beso de despedida a Viola, quien, inundada en lágrimas, se quedó sentada en una silla de anea en lo que allí llamaban la terraza. Apenas había puesto don Miguel pie en tierra firme, la grúa elevó la escalinata. Don Miguel había observado la complicada maniobra del barco al zarpar y había saludado a su hermana, quien de pronto le extendía su brazo, según él apreciaba, en un movimiento descomedido e implorante, y permaneció en esa postura mientras se hacía cada vez más pequeña. Cuando don Miguel atravesó el muelle, vio de pronto, grandioso y flamante, el Lutetia, el barco que había escogido para el viaje de su hermana, y durante un rato se quedó aturdido, sí, casi trastornado. Al final se consoló pensando que también el otro barco debía dirigirse a Marsella, puesto que al solicitar el camarote, se lo habían concedido. Una vez de vuelta en casa, se comunicó con la oficina de transporte marítimo y preguntó por el nombre del navío, pero no disponían de ningún dato sobre este buque, no pertenecía a la línea regular entre Sudamérica y Europa.