
Ficha técnica
Título: Un año en los bosques | Autora: Sue Hubbell | Traducción: Miguel Ros González | Prólogo: J. M. G. Le Clézio | Traducción del prólogo: Regina López Muñoz | | Editorial: Errata Naturae | Colección: Libros salvajes | Fecha: abr/2016 | Formato: 14 × 21,5 | Páginas: 304 | ISBN: 978-84-16544-16-5 | Precio: 19,50 euros
Un año en los bosques
Sue Hubbell
Sue Hubbell, bióloga de formación, trabajaba como bibliotecaria en una importante universidad americana y llevaba una vida normal, seguramente demasiado normal. Un buen día, definitivamente harta de la omnipresente sociedad de consumo norteamericana, tanto ella como su marido deciden que quieren otra vida, más rica, más plena, más cercana a sus verdaderos ideales y a la naturaleza salvaje que tanto añoran.
Entonces, y con las lecturas de Henry David Thoreau en la cabeza, deciden dejarlo todo y marcharse a vivir a una solitaria y destartalada granja en los bosques de las montañas Ozarks, en el Medio Oeste de Estados Unidos.
Sin embargo, al poco de llegar, el marido de Sue decide abandonarla.
Ésta es, por tanto, la historia de una mujer enfrentada a las montañas, al invierno, a los coyotes, a las motosierras y, algunos días, a la soledad, pero sin perder jamás el sentido del humor y una mirada infinitamente curiosa y prendada por la belleza salvaje que la rodea. La historia de una mujer que construye por sí sola una nueva forma de felicidad y que, de paso, nos descubre, como bióloga y amante de la naturaleza, los secretos de todas las criaturas vivas con las que convive cada día. La historia, por tanto, de una verdadera revolución vital: la búsqueda de una nueva existencia en la que es la propia naturaleza quien le ofrece el conocimiento para decidir quién es ella misma.
«A menudo he soñado con un libro en el que cupiera toda la naturaleza y que me hiciera tan feliz como cuando en otros tiempos leía a Virgilio, junto al mar, a la sombra de los olivos. Un libro en el que la poesía fuera como una respiración, en el que el lenguaje nos acercara su música. Creo que Un año en los bosques de Sue Hubbell es ese libro» J. M. G. Le Clézio, Premio Nobel de Literatura
LA DAMA DE LAS ABEJAS
J. M. G. Le Clézio
Cierto día, Sue Hubbell, bióloga de formación y bibliotecaria de profesión, decide cambiar de vida, harta de vivir inserta en la sociedad de consumo de la costa este de los Estados Unidos, en la que no encuentra su lugar. Así pues, siguiendo el ejemplo del pensador y naturalista Henry David Thoreau, emprende un viaje con su marido en busca de un lugar lejos de las ciudades. Finalmente, dan con una cabaña y una granja aledaña en las montañas Ozarks, al sureste de Misuri, y, como no saben nada de agricultura ni de ganadería, deciden fundar una «granja de abejas». Comienza entonces para Hubbell una aventura cuyas consecuencias ella misma no alcanza a imaginar.
Pasan las estaciones, pasan los años, ya en soledad, pues su marido la ha abandonado, y esta mujer que de la naturaleza sólo poseía conocimientos teóricos va descubriendo la inmensidad del universo que ha escogido para sí: en esas hectáreas de colinas donde ningún ser humano se ha asentado desde la desaparición de los indios osage, la vida ha establecido sus propias leyes y reglas, tejiendo una red de dependencia entre todos sus habitantes: las plantas, los insectos, las arañas, las serpientes, las aves, los mamíferos y hasta los ácaros y las bacterias. No es fácil acceder a semejante mundo. Y para Sue Hubbell supone una verdadera revolución vital. Ella, que creía saberlo todo acerca del mundo animal -merced a sus estudios-, descubre en esos acres de tierra que la naturaleza es la mejor maestra, porque no da siempre la misma respuesta a todas las preguntas y permite que el saber germine y madure, como todo lo que está vivo y es verdadero.
Lo que descubre, ante todo, es que no está segura de nada ni posee nada. Con la creación de una «fábrica» de miel en medio de esa naturaleza salvaje y aislada, Sue Hubbell aprende -lo afirma ella misma, no sin ironía- que las abejas saben más que ella sobre la fabricación de la miel. Su granja no es un negocio, sino un sistema de vida nuevo que le permite, gracias a sus dieciocho millones de emisarios, tomar conciencia de un imperio de plantas, árboles y flores. La extensión de su imperio -frente al que las más vastas colonias humanas se antojan irrisorias- modifica poco a poco las ideas y sentimientos de Hubbell, da un sentido nuevo a lo que otros seres humanos entienden generalmente por ética, responsabilidad, amor.