
Ficha técnica
Título: Climas de presencia: Cinco poetas persas | Autor: Daryush Shayegan | Traducción: Juan Ramón Ortega Ugena | Editorial: Vaso Roto | Tamaño: 14×21 | Encuadernación: Rústica | Fecha: may/2017 | ISBN: 978-84-946910-0-3 | Precio: 14 euros
Climas de presencia: Cinco poetas persas
Daryush Shayegan
Los dos estudios que estas páginas recogen están dedicados a la obra de cinco poetas fundamentales: Ferdousí, Jayyam, Rumi, Sa‘di y Hafez. La Literatura no sería lo que es sin la aportación de estos autores, de las obras que les antecedieron ni de aquéllas que pasaron por el tamiz de Irán. No serían lo que son la Biblia, Chaucer, Dante, nuestros autores medievales, san Juan de la Cruz, Cervantes, Shakespeare, Calderón o Goethe. Ni García Lorca ni Borges. Leer a estos cinco poetas persas a través de la mirada de Shayegan nos permite conocer sus respectivas singularidades, sin deformaciones, sin recelos, sin distancias.
Los cinco climas de presencia*
Ensayo sobre el hombre poético persa
Entre los centenares de poetas que ha conocido la historia literaria de Irán, los persas han elegido cinco (o, según otros, seis) como los ejemplos más representativos de su visión poética. Las razones que motivaron esta elección no provienen únicamente de las cualidades excepcionales de los poetas aquí escrutados, sino también del hecho de que éstos marcan con su genio la culminación de grandes corrientes genealógicas de pensamiento, y se presentan como los «puntos de mira» de una visión del mundo en la que encarnan, cada uno a su manera, diferentes aspectos.
Así, por ejemplo, Ferdousí (c. 934-1020) es el punto culminante de una epopeya que, inspirándose en los mitos avésticos y en las leyendas partas, pasando por las sasánidas,fue resucitada después de la invasión árabe gracias al despertar de la conciencia nacional iraní para encontrar su forma definitiva en el Libro de los Reyes (Shahnameh). Omar Jayyam (c. 1048-1122) suscita aún en nuestros días vivas controversias. Refleja, no obstante, una corriente paradójica del genio persa donde se encuentran confrontadas corrientes tan contradictorias como fe y escepticismo, sumisión y rebelión. Simboliza, por tanto, la irreductible singularidad de un alma que no se contenta ni con el islam ni con la infidelidad (kofr), ni con el aquí abajo ni con el más allá, ni con la certeza dogmática ni con la duda sistemática, sino que, más bien, ve el mundo desarrollarse como una continuación de imágenes, que giran alrededor de una «linterna mágica» y que se desvanecen una a una en la «arqueta de la Nada». Espíritu excepcional del cual la lucidez desmitificadora marca con su sello una cierta visión de la literatura persa.
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* En colaboración con Shahrokh Meskoob. [Babol, Irán, 1924-París,2005. Fue el primer estudioso que sometió el Libro de los Reyes a los criterios filológicos de la crítica moderna.]