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El científico Nabokov

Por 4 de febrero de 2011 Sin comentarios

Iván Thays

Nabokov y las mariposas
Nabokov tenía dos pasiones: escribir y cazar mariposas. Y en ambas tuvo un papel sobresaliente. Desde luego, la literatura se lleva todos los aplausos y las cámaras hasta el punto que olvidamos que sus primeros trabajos en EEUU fueron como entomólogo. Era un científico serio que alguna vez dijo: ?En la ciencia pura como en el arte verdadero solo importan los detalles?. Y aunque luego del éxito de Lolita su papel científico fue tomado un poco a la ligera (sobre todo porque era autodidácta), ahora las cosas parecen estar mejorando. Un grupo de investigadores en Harvard han empezado a tomarlo en serio.
Dice la nota en Revista Ñ:

Durante su vida pocos científicos del rubro tomaron en serio las ideas de Nabokov. Pero en los años siguientes a su muerte, en 1977, su reputación científica ha crecido. Y en los últimos diez años, un equipo de científicos ha probado su teoría sobre los Polyommatus azules con tecnología de ADN-recombinante. La semana pasada en The Proceedings of the Royal Society of London se reportó que la hipótesis de Nabokov estuvo completamente acertada.
?Es realmente una maravilla?, dijo Naomi Pierce de Harvard, co-autora del paper.
Nabokov heredó su pasión por las mariposas de sus padres. Cuando su padre fue encarcelado por las autoridades rusas por sus actividades políticas, el joven Vladimir ?de ocho años de edad? le llevó una mariposa a su celda como regalo. De adolescente, Nabokov participaba en expediciones de caza de mariposas y describía los especímenes que capturaba con gran detalle, imitando las publicaciones científicas que leía en su tiempo libre. A no ser por la Revolución Rusa, que forzó a su familia exiliarse en 1919, Nabokov dijo que se podría haber dedicado profesionalmente a la lepidoptera.
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Al final de un paper publicado en 1945 sobre los Polyommatus azules, meditó sobre la evolución de esta especie. Especuló que tuvieron su origen en Asia, que cruzaron el estrecho de Bering e hicieron un largo camino gradual hasta llegar a Chile.
Permitiéndose unos giros literarios, Nabokov invitó a sus lectores a imaginar ?un taxonomista moderno dentro de una máquina de tiempo Wellsiana?. Retrodeciendo millones de años, llegaría a un punto en cual solamente existían las versiones asiáticas de las mariposas. Moviéndose, nuevamente, hacia adelante en el tiempo, el taxonomista vería cinco grandes olas migratorias en las cuales las mariposas llegarían al Nuevo Mundo.
Nabokov concedió que la idea de las mariposas encarando un viaje desde Siberia hasta Alaska y, después, hasta América del sur podría sonar exagerado. Pero le parecía una hipótesis más probable que la alternativa: la de un puente terrestre, ya inexistente, que cruzaba el Pacífico.
(?)
La reputación de Nabokov cómo científico quedó en limbo hasta la década de los 90. Kurt Johnson, que en ese momento era un entomólogo en el American Museum of Natural History, examinó los genitales de los azules y se asombró con la diversidad que mostraban. Buscando investigaciones previas sobre el tema se cruzó con los trabajos de Nabokov. En el 2000 publicó un libro llamado Los azules de Nabokov, co-escrito con Steve Coates, en cual revindicaba el trabajo científico de Nabokov. Al fin, trabajando en conjunto con Zsolt Balint, del museo húngaro de ciencias naturales y Dubi Benyamini, un coleccionista Israelí, decidieron que Nabokov había acertado en su método de clasificación. Hasta nombraron algunas especies nuevas en su honor, cómo el caso de al Nabokovia cuzquenha.
Más recientemente, usando tecnología de ADN-recombinante se ha reexaminado el trabajo científico de Nabokov. En 1944, por ejemplo, Nabokov publicó la primera descripción de la mariposa Karner blue, una especie rara que vive en el noreste de los Estados Unidos. Juzgando por su color y por su dieta, Nabokov llegó a postular que era una especie en sí. Pero cuando los científicos comenzaron a estudiar su genética determinaron que era meramente una derivación de una especie preexistente, la Melissa blue (Lycaeides melissa).
Chris Nice y sus colegas de la universidad de Texas recientemente utilizaron una forma de recombinación genética para entender a los Karner blues en más detalle. Encontraron que los Karner blues y los Melissa blues, en realidad, compartían muy pocos genes. En su informe de diciembre de 2010 en Biology Letters, declaran que los Karner blues son, de hecho, una especie independiente como había especulado Nabokov (y acreditan al novelista con el descubrimiento).
Naomi Pierce, que desde 1990 es profesora de lepidoptera en Harvard, empezó a estudiar en detalle el trabajo científico de Nabokov cuando estaba preparando una exhibición para celebrar el centenario, en 1999, de su nacimiento. Leyendo Los azules de Nabokov se cautivó con la hipótesis de las migraciones postulado por Nabokov. ?Era una hipótesis asombrosa y atrevida?, dijo. ?Y pensé, Dios mío, podríamos someter esto a pruebas?.
Para lograrlo, le haría falta reconstruir el árbol evolutivo de los azules y estimar cuando las ramas bifurcaron. Hubiera sido imposible para Nabokov realizar semejante estudio basado solamente en la anatomía de las mariposas. Pierce necesitaría ADN, que daría información más detallada sobre su historia evolutiva. Aunque había coleccionado algunas secuencias genéticas de mariposas iba a necesitar mucho más.
Pierce comenzó a colaborar con Johnson y sus colegas quienes arreglaron un préstamo de sus colecciones y también su colaboración intelectual. Roger Vila, un investigador de Pierce, viajó a los Andes para conseguir más mariposas las cuales trajo de vuelta a Harvard para que fueran secuenciadas.
Pierce y sus colegas usaron una computadora para calcular las relaciones más probables entre las mariposas. También compararon el numero de mutaciones adquirida por cada especie para determinar hace cuanto tiempo se bifurcaron cada uno.
Existían varias hipótesis factibles sobre la evolución de estas mariposas. Podrían haber evolucionado en la Amazonia. Pero no es lo que descubrieron Pierce y sus colegas. Al contrario, determinaron que las especies del Nuevo Mundo tenían un ancestro en común que vivía hace unos 10 millones de años. Pero muchas de las especies del Nuevo Mundo estaban más relacionadas con las mariposas del Viejo Mundo que con sus vecinos. Pierce y sus colegas concluyeron que hubo cinco olas migratorias desde Asia hasta el Nuevo Mundo ?justamente como había especulado Nabokov.
?Dios mío, acertó en todas?, dijo Pierce. ?No lo podía creer. Estaba anonadada?.
Pierce y sus colegas también investigaron la idea de Nabokov de que las mariposas habían cruzado el estrecho de Bering. Hace 10 millones de años ese territorio era bastante cálido. Pierce y sus colegas descubrieron que el primer linaje de los Polyommatus azules que abarcaron el viaje podrían haber sobrevivido el clima del estrecho hacía 10 millones de años. Los linajes que vinieron después son más resistentes al frío, cada uno con un rango de tolerancia que cerraba con la baja de temperaturas históricas de la región.
?Qué gran paper?, dijo James Mallet, un experto en la evolución de mariposas en elUniversity College London. ?Es un tributo apropiado al gran hombre de que la tecnología pueda constatar lo que era una hipótesis sistémica?.
Pierce concluyó: ?No era conocido principalmente como un científico, pero sabía perfectamente su valor en ese campo?.

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Iván Thays

Iván Thays es escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro".

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