Iván Thays
Cómo salir del aislamiento
?Le puedes sacar ventaja a Chile y Argentina que no tienen esa opción? dice una graciosa nota en la que anuncia que se puede conseguir el Kindle en Montevideo. Quizá sea cierto. Lo que también es cierto, y me lo hizo notar ayer un periodista de Público, es que en este Festival Eñe 2010 no existe ninguna mesa dedicada al libro electrónico, como si la hay sobre los blogs y el internet por ejemplo.
Después de recorrer librerías y de escuchar a Gabriel Peveroni, la pregunta sobre por qué un Festival que se lleva a cabo en América Latina no tiene como tema central el acceso a los libros a través de medios electrónicos. Es cierto que aun no hay buena oferta ni demanda de libros electrónicos en español, y que la que hay usa plataformas inestables, pero es cuestión de tiempo y de arreglarse. Pero lo que también es cierto es que el libro electrónico se vuelve una necesidad para los lectores latinoamericanos. Decía Peveroni ayer que Uruguay es prácticamente una isla, y no solo por su posición geográfica. Los libros no llegan (eso pude comprobarlo ayer en las librerías, las novedades no están al ritmo de Argentina, pese a estar tan cerca como dos horas en buquebus, y tampoco hay presencia de las librerías independientes argentinas o latinoamericanas) y las discusiones literarias se retrasan. Y ni hablemos del camino de vuelta, es decir, de la posibilidad de que los libros uruguayos lleguen a América Latina y España. Aun más difícil.
Creo que no puede existir, en la actualidad, ningún Festival Literario ni Feria del Libro en América Latina que no tome como asunto de prioridad el libro electrónico. Basta de decir que los ebooks son para privilegiados o élites que pueden pagarlos. Eso es cierto, pero también es demagógico. El futuro no se detiene. En la actualidad, pese a quien le pese, la posibilidad de salir del aislamiento pasa por ahí.