Jean-François Fogel
La última novela de Mayra Montero cambia de título con cada idioma. En castellano es Son de Almendra; en inglés, Dancing to «Almendra»; en francés, La Havane, 1957. Acabo de leer la versión francesa y puedo entender la inestabilidad del título. El libro no es una novela sino varias novelas que uno escoge según su anhelo de vivir en un mundo específico.
La primera frase mezcla el asesinato del capo de la mafia Umberto Anastasia en Nueva York con otro asesinato, el de un hipopótamo en el zoológico de la Habana. Esta frase pone en marcha una novela policíaca, bien cocinada y que se apoya en figuras de la mafia de los años 50: Lansky, Anastasia, Lucky Luciano o Diconstanza. Es la novela que se merece el título francés, pues estamos en un momento de ruptura: Cuba pasa del mundo del dictador Batista al de otro dictador. Se nombra una vez a Guillermo Cabrera Infante, una vez también a Fidel Castro. Se adivina algo, un cambio mayor, pero no se sabe muy bien, tal como no se sabe con certeza quién mató a quién en este mundo del hampa.
El título norteamericano corresponde a una visión más amplia de la obra. Más allá de la novela policíaca existe un relato del amor y de la soledad en este libro. Hay dos voces que alternan según los capítulos. Por una parte un reportero obsesionado con el mundo de los mafiosos. Por otra parte una mujer extraña: fue criada por una chinata, le falta un brazo, espera a los magos y al final no entiende la diferencia entre un circo y la vida urbana. Esta novela se ganó la portada del suplemento de libros del New York Times, lo que es una verdadera hazaña para un escritor latino.
Pero por fin, hay la novela tal como es, con su título en castellano. Es una referencia a un danzón famoso del músico Abelardo Valdés. Para mí esta novela es la del baile, del calor y del cansancio amoroso de La Habana. Muchas páginas son retrato de la noche en la gran metrópolis del Caribe. Salir, comer, acostarse con los amados y los no tan amados, atravesar la ciudad que espera el amanecer. La destrucción de una familia, la muerte de mafiosos o de animales, el final de amores sin ilusión se mezclan en unas tinieblas que no tienen salida. En esta novela, un mundo se va y ya se adivina cómo el otro no va a cambiar nada a la condición humana.