
Ficha técnica
Título: Charles Darwin | Autor: Michael Ruse | Editorial: katz |
Traducción: Elena Marengo | Colección: Serie conocimiento | Páginas: 366 | Precio: 23 € | Fecha de aparición: Noviembre de 2008 | Formato: 15 x 23 cm. rústica | ISBN: 9788496859999
Charles Darwin
Michael Ruse
Charles Darwin es, sin dudas, el arquitecto de la moderna biología evolutiva. Pero ‘El origen de las especies’ es mucho más que una teoría biológica: es un conjunto de principios que comportan un tremendo impacto filosófico más allá de los límites de la ciencia natural. Y, dado que las hipótesis de Darwin involucran a la humanidad, se hace necesario examinar minuciosamente sus implicaciones éticas y epistemológicas. Michael Ruse, autoridad mundialmente reconocida en la historia y en la filosofía del darwinismo, ofrece en esta obra el análisis definitivo de la naturaleza filosófica del pensamiento de Darwin, y de su impacto no solamente sobre las ciencias naturales sino también sobre las ciencias humanas. Con un lenguaje claro, desprovisto de tecnicismos, Ruse establece con precisión el estatuto del pensamiento evolucionista como una teoría genuina, las implicaciones filosóficas, epistemológicas y éticas del darwinismo, así como su impacto en las modernas explicaciones naturalistas de la religión, y discute muchos de los sentimientos y supuestos antidarwinistas expuestos por los creyentes del movimiento creacionista.
«Este libro es una introducción sin igual para quien pretenda entender el darwinismo y sus implicaciones sobre la naturaleza, la naturaleza humana, el conocimiento, la moral y la religión.» Richard A. Richards, University of Alabama
«Michael Ruse es una superestrella entre los académicos interesados en Darwin y en el darwinismo. Si usted quiere el mejor cuadro pintado por un brillante académico, Ruse es la elección evidente.» Joseph Cain, University College, Londres
Prefacio
¿Por qué incluir a Charles Darwin, padre de la teoría de la evolución, en una colección de libros dedicada al pensamiento de grandes filósofos? Hay varias razones, pero la primera es que el propio Darwin siempre tuvo interés en la filosofía. De joven, tuvo trato con personas que trabajaban en esa disciplina, en particular con el historiador y filósofo de la ciencia William Whewell; leyó obras de varios maestros clásicos, entre ellos Platón, Aristóteles, Hume y Kant, además de otros pensadores menores, y reflexionó sobre ellas. También escribió sobre temas de filosofía cuando tenían relación con el ámbito científico. Por esta sola razón, no debe sorprender que buena parte de lo que dijo Darwin tenga una importancia no desechable para quienes se interesan en la filosofía.
No obstante, hay razones más sólidas para incluirlo en una colección dedicada a filósofos. Su obra en sí misma reclama un análisis filosófico y tiene que ver con temas filosóficos. Gracias a Darwin, sabemos ahora que los organismos no fueron creados en seis días por un milagro sino que son el producto de un larguísimo y lento proceso de cambios naturales que ningún piloto guiaba: la evolución. Es necesario analizar esta teoría conceptualmente para ver cómo está estructurada y qué reivindica. Además, puesto que esa teoría abarca a la humanidad -no somos hijos de una ráfaga creadora que se produjo al final de una semana de actividad divina-, también debe indagarse el pensamiento de Darwin por sus implicaciones para algunas cuestiones filosóficas importantes, como la teoría del conocimiento (epistemología) y la teoría de la moral (ética).
Tales son las razones que motivaron este libro, y también sus temas. Se trata de una obra sobre Charles Darwin escrita para quienes desean conocer al personaje y su obra, así como su relación con la filosofía y las consecuencias que tiene para ella. Estos objetivos determinaron muchas decisiones mías, como autor, sobre los temas que debía encarar y en qué orden hacerlo. Aunque Darwin escribió mucho, no tuve reparo en dedicarme casi exclusivamente al Origen de las especies (salvo algunos comentarios sobre El origen del hombre) porque allí se plantean las cuestiones filosóficas. De todos modos, puesto que Darwin fue ante todo y sobre todo un gran hombre de ciencia, entiendo que mi primera tarea consiste en exponer lo que dijo como científico, y que la segunda consiste en mostrar cómo se ha desarrollado la ciencia desde sus días hasta la actualidad. Si se comprobara que la teoría de Darwin es errónea o inadecuada según los criterios científicos actuales, ese hecho no implicaría necesariamente que no hay nada importante desde el punto de vista filosófico en su pensamiento -no dese – chamos a Kant porque se equivocó al decir que la mecánica newtoniana era necesariamente verdadera- pero alteraría nuestro juicio sobre su importancia filosófica. Demostrando que, comoquiera que juzguemos los aspectos científicos, no hay nada allí necesariamente desechable, mostraré en el curso de la exposición que las cuestiones científicas mismas plantean problemas de considerable interés filosófico.
Luego continuaré analizando qué consecuencias tiene el pensamiento de Darwin para interrogantes clásicos de la filosofía acerca del conocimiento, la moral y, según corresponda (es decir, en la medida en que incumba a la filosofía), la religión. Así como es legítimo que un libro sobre Aristóteles no se circunscriba exclusivamente a su obra y tenga en cuenta su influencia sobre pensadores posteriores, como Tomás de Aquino, creo que es legítimo (y, de hecho, sumamente conveniente) analizar la influencia de Darwin sobre filósofos posteriores a él, hasta nuestros días (particularmente porque el eje de la actividad de Darwin, a diferencia de la de Aristóteles, no fue la filosofía). Aunque me he esforzado por presentar distintas opiniones de manera cabal y fiel, no vacilé en exponer las mías propias sobre lo que, a mi juicio, son las posiciones correctas.