
Ficha técnica
Título: Vente a casa | Autor: Jordi Nopca | Editorial: Libros del Asteroide | Formato: 12,5× 20 cm. | Páginas: 214 | ISBN: 9788416213368 | Precio: 16,95 euros
Vente a casa
Jordi Nopca
Una licenciada en Historia del Arte que trabaja en unas galerías comerciales tontea con un cliente. Un peluquero de perros trata de superar un fracaso amoroso. Un escritor y su traductor habitual cenan en un restaurante sin poder disimular sus rencillas. Una pareja de mediana edad planea un viaje a Suiza que tendrá un final inesperado. Un joven chino que regenta un bar de barrio se siente extrañamente conmovido por la vida de una de sus clientas. Un estudiante espera el mejor momento para pedirle a una amiga que salga con él. Estos son los argumentos de algunos de los diez relatos que forman este libro.
Ambientado en la Barcelona del siglo XXI, Vente a casa explora las relaciones de pareja en una sociedad castigada por la crisis. Sus personajes, retratados con ternura y verdad, están en el centro de unas historias emocionantes que no renuncian a la crudeza ni al humor.
Vente a casa, Premio Documenta 2014, confirma a Jordi Nopca como uno de los autores más prometedores de su generación.
«Llegará un día en que no habrá que repetirle al joven Nopca que su corrosivo humor y talento de corte europeo han dinamitado y dinamizado la literatura de su país: lo entenderá a la primera.» Enrique Vila-Matas
«Entre el humor y la ternura, los cuentos de Jordi Nopca se leen como una crónica de las dudas existenciales y amorosas de los jóvenes que hoy en día sobreviven en la Barcel… Leedlos y listo.» Jordi Puntí
«Si hay que leer los cuentos de Nopca, sobre todo, es por su habilidad a la hora de sorprender siempre con unas tramas que no se encaminan nunca hacia lo previsible, por la sabiduría de cargar las situaciones de una tensión hilarante y llevar al lector hacia unas zonas explosivas que estallan de forma inesperada, a favor siempre de la perplejidad y del punto final sabiamente imprevisto.» Ponç Puigdevall (El País)
«Es un libro ecléctico e imprevisible, un enjambre en el que las avispas no son animales adormecidos por el humo. Cómprenlo y conviértanse en dianas humanas, su carne no se arrepentirá, tampoco lo hará su corazón» Sonia Fides (Heraldo de Aragón)
«El juego entre jóvenes de treinta años que no han crecido, sus padres enloquecidos (…) y los abuelos que están en las últimas, es el corazón del libro. Cada uno fabrica la realidad que más le conviene. En manos de Nopca queda un fresco atractivo y bien escrito» Julià Guillamon (Cultura/s – La Vanguardia)
«Ante lo que podría ser un catálogo de lamentos y desgracias, Nopca esquiva hábilmente estas trampas gracias a una agradecida liviandad y un sentido del humor constante que, sin embargo, no impide una ternura narrativa hacia los personajes que se transmite eficazmente al lector.» Xesús Fraga (La voz de Galicia)
«Hay mucha frescura en estos relatos, tanta que vendrían a ser caramelos de menta para los saturados de lecturas estropajosas, pero también toques cultos servidos desde una autoironía que despeja aún con mayor eficacia las vías respiratorias..» Antonio Lozano (Librújula)
«Nos gusta mucho (…) Un libro con mucho humor, mucha emoción y mucha ternura.» Página Dos, TVE2
La pantera de Oklahoma
«At times like this, I wish I was
but a simple peasant.»
Inspector Clouseau
El autor de una serie de sesenta y ocho novelas de misterio ambientadas en Albacete había quedado para cenar con su traductor al catalán. Hombre meticuloso y exigente hasta niveles obsesivos, el novelista leía las traducciones después de que estas pasaran por el corrector de estilo y el ortotipográfico y las revisaba siempre durante una comida -preferiblemente una cena- con el traductor. El proceso había sido siempre el mismo: el autor lo llamaba y le pedía que reservara mesa, recordándole la ojeriza que le tenía a la cocina japonesa y a la nepalí; se presentaba media hora tarde a la cita y, cuando llegaba se inventaba una excusa inverosímil que el traductor no se tragaba, pero que ayudaba a reafirmar la posición de superioridad del autor; jamás quedaba satisfecho con lo que habían comido y, cuando repasaban el texto, enfatizaba las pifias con desmesura, aunque cada vez encontraba menos; pagaba él, pero de la ronda de cócteles posterior se encargaba el traductor y, en algunas ocasiones, le había tocado desembolsar una cantidad superior a la de la cuenta en el restaurante.
La noche que tocaba repasar la novela número sesenta y nueve, el autor estaba de un humor de perros. Su mujer le había dejado no hacía ni dos semanas y tenía la intención de transmitir cada una de las frustraciones que sentía al otro comensal. Lo haría de la forma más egoísta posible: cargándose la traducción -que era casi perfecta- y, si era necesario, rompiendo la relación con el hombre que había tenido, a excepción de él mismo, el contacto más constante y próximo con su mundo creativo plagado de crímenes, personajes turbios y sexo en hoteles de carretera.
Antes de ir al restaurante, pasó por una coctelería que no frecuentaba mucho y se bebió tres singapore slings en poco menos de media hora. Excepcionalmente había decidido cambiar el orden de la velada: él pagaría las copas y, de la cena, se ocuparía el traductor.