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Ficha técnica

Título: Mitos y leyendas celtas | Autor: T. W. Rolleston | Traductor: J. A. Vitier | Editorial: Turner | Colección: Noema | Género: Mitología celta | ISBN: 978-84-7506-703-2 | Páginas: 408 | Formato:  14 x 22 cm.| Encuadernación: Rústica con solapas |  PVP: 23,90 euros

Mitos y leyendas celtas

TURNER

Fieros en la batalla y amantes de las historias; así eran los celtas, y así se reflejan en las leyendas que nos han legado. Transmitidas oralmente de padres a hijos durante siglos, aunque puestas por escrito mucho después, nos traen ecos de un pasado donde el valor, el honor, la belleza y la magia formaban parte de lo cotidiano.

Desde los conocidísimos caballeros de la corte del rey Arturo hasta los héroes más oscuros, estos personajes milenarios siguen siendo una fuente de inspiración constante para escritores y cineastas, y han entrado a formar parte del imaginario popular como algo a la vez exótico y cercano.

Este título es considerado desde su publicación la recopilación más completa sobre la cosmovisión de los pueblos celtas de la antigüedad. Escrito con gran rigor literario y belleza narrativa, es una referencia imprescindible tanto para el estudio en profundidad de esta cultura como para iniciarse en sus misterios. 

 

I

LOS CELTAS EN LA HISTORIA ANTIGUA

PRIMERAS REFERENCIAS 

En las crónicas de la Antigüedad clásica desde aproximadamente quinientos años antes de la era cristiana hay frecuentes referencias a un pueblo asociado a esos territorios, a veces en paz, a veces en guerra, que a todas luces ocupaba una posición de gran fuerza e influencia en la Terra Incógnita de Europa central. Los griegos llamaban a este pueblo los hiperbóreos o celtas, y este último término aparece por primera vez en textos del geógrafo Hecateo de Mileto, alrededor de 500 a. C.2

     Heródoto, cerca de medio siglo después, refiere que los celtas habitaban «más allá de las columnas de Hércules» -esto es, en España- y también que el Danubio nacía en su país.

     Aristóteles sabía que moraban «más allá de España» y que habían tomado Roma y que daban mucho valor al poderío militar. Otras alusiones no geográficas aparecen ocasionalmente en autores todavía más antiguos. Helánico de Lesbos, un historiador del siglo v a. C., describe que los celtas practicaban la justicia y la rectitud. Éforo, aproximadamente en 350 a. C., tiene tres versos sobre los celtas en los que dice que observaban «las mismas costumbres que los griegos» -no sabemos a qué se refiere- y que tenían gran amistad con ese pueblo, que a su vez reverenciaba la amistad y la hospitalidad. Platón, sin embargo, en las Leyes, clasifica a los celtas entre las razas embriagadas y combativas y se les atribuiría un gran salvajismo en ocasión de su entrada en Grecia con el saqueo de Delfos en el año 273 a. C. El ataque y saqueo de Roma por los celtas un siglo antes constituye uno de los hitos de la historia antigua. 

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