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Ficha técnica

Título: Himmler según la correspondencia con su esposa (1927-1945) | Autores: Michael Wildt y Katrin Himmler  | Editorial: Taurus | Colección: Historia | Materias: Cartas | Formato: 15x 24 cm | Encuadernación: Rústica | Páginas: 400 | ISBN: 9788430616923 | Precio: 21 euros

Himmler

TAURUS

Durante años se pensó que las cartas de Himmler a su esposa Marga se habían perdido definitivamente. Sesenta años después del suicidio de éste, reaparecieron en Tel Aviv, y hoy nos permiten sumergirnos de una forma inédita en la vida privada, y en la mente, de una de las figuras más importantes del régimen nazi.

Frente a la idea generalizada de que, tras su nombramiento como Reichsführer SS, Heinrich Himmler se «fundió» sin más en la organización, sus cartas revelan su estrecha relación con Hitler desde los años veinte y confirman que era el gran ideador de la Solución Final.

El que fue uno de los mayores criminales del siglo xx era un hombre que se debatía entre la banalidad y la vanidad, entre la distancia y la cercanía con su familia, preocupado por construirse una esfera privada armoniosa al tiempo que organizaba, de manera cotidiana, la persecución y el exterminio en masa.

En su última carta, del 17 de abril de 1945, Himmler se despide con un «Heil Hitler! Con amor, vuestro papi». Por aquellos días, a espaldas del Fürher, se esforzaba por negociar secretamente con los aliados. Unos días más tarde, el 22 de mayo, ingirió una cápsula de cianuro que le permitió eludir su comparecencia ante los vencedores.

INTRODUCCIÓN

En la primavera de 1945, nada más terminar la guerra, un oficial de la inteligencia estadounidense se topó en Gmund am Tegernsee con dos soldados compatriotas que al parecer habían saqueado unos souvenirs en la casa Lindenfycht, el domicilio privado de Heinrich Himmler. El primero, que era historiador, reconoció al instante lo que aquellos dos tenían entre manos y trató de comprarles el hallazgo. Uno de ellos accedió, y el oficial se hizo así con un legajo de documentos privados de la familia Himmler, que incluía, por ejemplo, los diarios manuscritos de un joven Himmler desde 1914 a 1922. El otro soldado, en cambio, prefirió no vender sus tesoros y prosiguió su camino. El oficial envió los diarios y el resto de papeles a casa y les hizo caso omiso hasta que en 1957, durante una conversación con su amigo Werner Tom Angress, un historiador judeoalemán, se acordó del material y se lo entregó a Angress para que determinara su valor histórico. Este, con la ayuda de un joven colega, Bradley F. Smith, transcribió los manuscritos y en 1959 los dos anunciaron el descubrimiento en un artículo publicado en la revista The Journal of Modern History

      Existen otras interpretaciones de esta historia, historia que al fin y al cabo quedará sin aclarar, ya que resulta bastante improbable que se pueda localizar a los dos soldados. Tiempo más tarde, Angress cedió los diarios, junto a los otros documentos, a la Hoover Institution on War, Revolution and Peace de la Universidad de Stanford, en California, que los puso a disposición del público. Durante años esta «colección de Himmler», que incluye las cartas de Marga Himmler a su esposo, constituyó una mina para los estudiosos. Tras largas negociaciones, a mediados de la década de 1990, el archivo federal de Coblenza adquirió de la Hoover Institution los originales, que ahora se conservan como «el legado de Himmler».

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