
Ficha técnica
Título: ¡Despierte, señor! | Autor: Jonathan Ames | Traducción: Joan Eloi Roca | Colección: Bolsillo | Editorial: Principal de los libros | Formato: 12,5 x 19 cm | Páginas: 416 | ISBN: 978-84-16223-29-9 | Fecha: enero 2016 | Precio: 9,95 euros
¡Despierte, señor!
Jonathan Ames
Principal de los Libros publica en bolsillo ¡Despierte, señor!, una novela desternillante del escritor estadounidense Jonathan Ames. ¡Despierte, señor! ha recibido elogios unánimes de la crítica y se ha convertido en un libro de culto entre los amantes de la comedia.
En ¡Despierte, señor!, el creador de la famosa serie Bored to death (HBO) rinde un homenaje a Wodehouse y a Cervantes con la historia de Alan Blair, un escritor algo desorientado y con problemas de alcoholismo que tiene la suerte -o la desgracia- de recibir una cuantiosa indemnización por un accidente. Este regalo del destino le permite contratar un ayuda de cámara que, curiosamente, se llama Jeeves, como el legendario criado de Bertie Wooster en los libros de P.G. Wodehouse.
Pese a tener una crisis creativa, a Alan no le falta imaginación. De hecho, ha llegado hasta el punto de que le cuesta separar la realidad de lo que ocurre en su turbada cabeza. Sus tíos Irwin y Florence, con los que vive, le ponen un ultimátum: o ingresa en una clínica de rehabilitación para superar sus problemas de alcoholismo, o tendrá que irse de casa. Así que Alan y Jeeves se lían la manta a la cabeza y se dirigen a una colonia de artistas donde acabarán rodeados de gente muy peculiar. Los demás artistas pondrán a Alan en situaciones límite, pero Jeeves impedirá que caiga en las sucesivas trampas que tienden en su camino. Eso, claro, si es que Jeeves existe y no es el producto de la alcoholizada mente de Alan.
Tras haber triunfado en todo el mundo, Jonathan Ames nos regala este increíble personaje, Alan Blair, en un espectacular juego literario que hace reír a carcajadas y que, al mismo tiempo, está fuertemente influido por grandes genios de la literatura de humor como Cervantes, Wodehouse o Roth.
Jonathan Ames es escritor, productor de series de televisión, periodista, ex boxeador y ex alchólico. Sus artículos sobre sexo son legendarios en la prensa neoyorquina y su sentido del humor le ha valido para ser uno de los cómicos más solicitados en los circuitos del stand up comedy. En este libro se reflejan todos esos múltiples talentos, incluido el de boxeador.
«Desternillante.» Miqui Otero
«Jonathan Ames tiene un humor dulce, compasivo y trágico, es un hombre que cuenta sus faltas a voces.» Kiko Amat, Cultura/s de La Vanguardia
«Un cruce de Woody Allen y Charles Bukowski.» El Periódico
«¡Despierte, señor! tiene un humor neoyorquino y finolis, como el mayordomo de la cubierta.» Diari Ara
«La novela de Ames es tan brillante y encantadora que cualquier descripción está destinada a ser increíblemente aburrida en comparación.» Seattle Weekly
«Desternillante y especial.» Esquire
«Un juego literario atrevido e ingenioso.» The New Yorker
«Una novela tan deliciosa como un dry Martini.» O Magazine
«Los aullidos de Ames seguirán resonando tras acabar la novela.» New York Post
«Motivo de celebración. Ames puede escribir con el humor de Wodehouse, adaptado en parte al siglo xxi. Gracias a Ames, Jeeves vuelve a maquinar. Como el mismo Jeeves diría, «Continúe, señor».» The Washington Post
«¿Qué se obtiene cuando se mezcla el Carry on, Jeeves de P.G. Wodehouse con el Portnoy’s Complaint de Philip Roth? La divertidísima novela de Jonathan Ames, ¡Despierte, señor!» Newsday
«Ames es un destacado escritor cómico. Sobresale con sus monólogos desternillantes de temas tan variados como el fetichismo de la nariz o las bases del budismo.» Time Out New York
«Mordaz y desternillante, si te sumerges en él.» Kirkus Reviews
«La historia va a todo trapo, rebosando humor y detalles salvajes, demostrando que Ames es un exitoso escritor y un consumado, aunque un poco demasiado excéntrico, artista.» Publishers Weekly
«Desternillante… Te partes de risa… Ames es un humorista de nuestra época.» Arkansas Democrat-Gazette
«Lascivo, pero erudito. Un juego literario atrevido y desternillante… maneja la ironía con contundencia y es más abiertamente libidinoso que Dave Eggers.» New York
«Una ingeniosa y bizarra mezcla de los cómics Catskill y de los escritores satíricos británicos. Ames está chiflado pero es un gran escritor.» Philadeplhia Weekly
«Aquí tenéis un libro, riguroso como un sueño y escrito con ingenio, que está llamado a convertirse en un clásico.» The Village Voice
«Muy divertido y elegante, este relato de un entrañable alcohólico y su imperturbable criado es una especie de historia de amor, pero con un giro americano. Aquí, un ayuda de cámara es un amigo al que uno paga un sueldo.» Sarah Vowell, autora de The Party Cloudy Patriot
«¡Despierte, señor! trata las grandes cuestiones: la homosexualidad, los judíos, la gran novela americana y más en este gracioso y salvaje juguete de alta literatura. Cómico e increíblemente certero.» A.M. Homes, autor de Música para corazones incendiados
«La novela de Ames engancha a los lectores como una aventura.» Library Journal
«Una desternillante novela que recuerda a los lectores que un cómico neurótico también puede ser un escritor de talento.» New York Magazine Book Review
Capítulo 1
Jeeves, mi sirviente, da la alarma * Una descripción física de mi tío Irwin, el fanático de las armas, y un repaso de su rutina matinal * Apresuro mi aseo y mi yoga * Una eyaculación tardía de miedo
-Despierte, señor, despierte -dijo Jeeves.
-¿Qué? ¿Qué sucede, Jeeves? -dije, emergiendo de las brumas del Leteo. Había soñado con un gato gris que, como un matón de cine negro, estrangulaba entre sus garras a un ratón blanco-. Estaba soñando con un gato gris, Jeeves. Un gato bastante abusón.
-Excelente, señor.
Empecé a deslizarme de nuevo hacia aquel enfrentamiento entre el gato y el ratón. Quería ver cómo escapaba el simpático ratoncito blanco. Tenía una mirada tierna y desvalida. Pero Jeeves se aclaró respetuosamente la garganta y percibí en su presencia un grado de urgencia poco habitual que exigía que el joven señor fuera capaz de zafarse del seductor abrazo del sueño. No tendría lugar la salvación del pobre ratoncito. No habría final feliz.
-¿Qué pasa, Jeeves? -pregunté, echando un ojo a su amable pero indescifrable rostro.
-Hay indicios, señor, de que su tío Irwin ya no está durmiendo.
Solo bajo circunstancias tan alarmantes como esas interrumpiría Jeeves mis ocho horas de necesaria inconsciencia. Él sabía que la felicidad de mi mañana dependía de mantener el menor contacto posible con mi tío.