Ficha técnica
Título: Antes de la tormenta | Autor: Theodor Fontane | Traducción: Helena Cortés Gabaudan | Editorial: Pre-Textos| Colección: Testos y Pretextos | Recorridos: Pre-Textos Alemanes | Año de publicación: 2017 | ISBN: 978-84-16906-47-5 | Páginas: 1478 | Formato: 20 x 12 Tapa dura | Precio: 48 euros
Antes de la tormenta
Ambientada en las navidades de 1812 a 1813, Antes de la Tormenta (1878) es la gran novela alemana sobre las invasiones napoleónicas y la consiguiente reacción de la nobleza rural prusiana ante tal evento. Pero a diferencia de la monumentalidad de la rusa Guerra y Paz, con la que sin embargo guarda más de una similitud, la obra de Theodor Fontane destaca por su domesticidad, se basa en cuidados cuadros intimistas y conversaciones en los salones de unas casas nobles, la taberna del pueblo, las aulas de la Universidad de Berlín o una sociedad estudiantil. El autor no sólo traza inolvidables pinturas humanas de personajes representativos de todas las capas sociales, a los que describe con iguales dosis de fina ironía y tolerante bonhomía, sino que, a base de integrar en su narración poemas, canciones populares, panfletos políticos, oraciones protestantes, piezas de teatro, noticias de periódicos, boletines de guerra y multitud de datos extraídos de crónicas históricas, levanta uno de los más completos y documentados retratos literarios de lo que fue la Prusia del siglo XIX y del conflicto generacional entre aquellos padres e hijos que vivieron antes y después «de la tormenta».
Nunca traducida hasta ahora a nuestra lengua, esta gran pintura histórica y de caracteres humanos vistos «desde el salón de té» aparece ahora en una versión anotada y comentada de la germanista Helena Cortés Gabaudan.
CAPÍTULO 1
Nochebuena
Eran las navidades de 1812, la Nochebuena. Caían algunos copos de nieve sueltos que se depositaban sobre el blanco manto que ya recubría desde hacía días las calles de la capital. Las farolas, pendidas de largas cadenas aflojadas por el uso, emitían una luz mortecina; por el contrario, a cada minuto que pasaba, los hogares se llenaban de mayor claridad y el «Niño Jesús», que ya iba entrando en algunas de las casas, hacía llegar su resplandor hasta la oscuridad de la calle.
Así sucedía también en la Klosterstrasse. El «reloj cantante» de la iglesia parroquial acababa de atacar los primeros compases de su canción cuando un trineo salió de la posada con la enseña del Árbol Verde para ir a detenerse justo enfrente, delante de una casa de dos pisos cuyo alto tejado albergaba otra vivienda en la mansarda. El conductor del trineo, envuelto en un abrigo desgastado, aunque ornado con no menos de tres cuellos, se inclinó hacia delante para espiar las ventanas de arriba, pero viendo que nada se movía, se bajó de su asiento, soltó las riendas de los caballos y se encaminó hacia la casa, donde desapareció por la puerta entreabierta en un oscuro corredor. Quien le hubiera seguido hubiera podido oír el ruido que hacía, tanteando cuidadosamente los escalones uno a uno con los pies, y no sin tropezar con ellos, iba subiendo torpemente hasta llegar al tercer piso.