
¿Qué fue de la modernidad?
26 de junio de 2012
¿Qué tienen Kafka, Virginia Woolf y Borges que no tienen Philip Roth, Irène Némirovsky ni Julian Barnes? ¿En qué momento y por qué los escritores optaron por eludir el desafío de la modernidad? ¿Cuándo relajaron su responsabilidad hacia su arte? Estas preguntas acucian a Gabriel Josipovici desde que era estudiante en Oxford. El presente libro es su respuesta. Leer más

Personas
26 de junio de 2012
Esta obra reúne un conjunto de semblanzas donde el autor narra, recuerda y hace recuentos de hechos, anécdotas, enseñanzas y peripecias vividas con, por o en torno a personas que han sido importantes en su vida; sus compañeros de travesía. Leer más

En mi país desconocido
25 de junio de 2012
El 4 de septiembre de 1944 Hans Fallada es encarcelado. Está prácticamente acabado: es un alcohólico, un hombre incapaz de escribir y está acusado de intentar asesinar a su mujer. Bajo la mirada continua de sus captores, anota sus recuerdos y reflexiones desde los inicios del nazismo hasta su reclusión. Informa sobre el mundo de los soplones, del peligro que corre su creatividad literaria, del destino de muchos amigos y colegas. Leer más

Obsesión
25 de junio de 2012
¿Podemos encontrar nuestra alma gemela en internet? Éste es el sueño de los millones de personas que se registran en los portales de citas. Y es cierto que ocurre... de vez en cuando. ¡Las chicas deben asegurarse de que no se encuentran con Jack el Destripador! Leer más

De El Alamein a Zem Zem
22 de junio de 2012
El 9 de junio de 1944, a los tres días de haber desembarcado con su regimiento en las playas de Normandía, Keith Castellain Douglas caía en Tilly-sur-Seulles, cerca de Bayeux. Sólo tenía veinticuatro años, pero ya había escrito los mejores poemas bélicos de su generación -admirados por T S Eliot y por Ted Hughes-, además del muy notable De El Alamein a Zem Zem, en el que narra sus experiencias durante la campaña aliada en el Norte de África. Leer más

Silencio en Milán
22 de junio de 2012
Atrapar una imagen y reproducirla «viva, grande, colorida, con todos los caracteres precisos de la realidad y todas las deliciosas vacilaciones de lo irreal». Este deseo, que Anna Maria Ortese expresó en su juventud, vertebra toda su obra, que se caracteriza por una originalidad subyugadora. En Silencio en Milán, de 1958, situada en algún punto intermedio entre el relato y la crónica, la mirada tierna y penetrante de Ortese se posa en los personajes de una ciudad de claroscuros con el ánimo de descifrar el misterioso silencio que, a la hora del crepúsculo, invade las calles e impregna los edificios. Leer más