Skip to main content
Escrito por

Jean-Auguste-Dominique Ingres

Jean-Auguste-Dominique Ingres (Montauban, 1780 – París, 1867) se convirtió en el principal exponente de la pintura neoclásica francesa a la muerte de su mentor, Jacques-Louis David, pese a no ser, en el sentido estricto, un pintor ni neoclásico ni académico. Sus dibujos –fue, ante todo, un ferviente defensor del dibujo–, sobrios y meticulosos, están en las antípodas del colorismo emotivo de sus contemporáneos románticos. En sus pinturas de temática histórica, Ingres emula la tradición clásica de Rafael y Poussin, aunque las distorsiones espaciales y anatómicas de sus retratos y desnudos anticipan muchos de los experimentos formales más audaces del modernismo. A pesar de haber vivido rodeado de una corte de devotos admiradores, Ingres no dejó ningún discípulo en el que perpetuar su cada vez más anticuada visión de la pintura. No fue hasta los inicios del siglo siguiente, mediante su influencia sobre los nuevos gigantes de las vanguardias, entre ellos Matisse y Picasso, que quedó asegurada su reputación como uno de los más grandes y persuasivos artistas de su tiempo.

Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.