
Ficha técnica
Título: Colección particular | Autor: Juan Marsé | Editorial: LUMEN | Colección: Biblioteca Juan Marsé | Formato: tapa dura con sobrecubierta | Páginas: 384| Medidas: 161 X 238 mm | ISBN: 9788426404336 | Fecha: abr-2017 | Precio: 22.90 euros | Ebook: 9,99 euros
Colección particular
Juan Marsé
Todo autor de amplio recorrido guarda ciertas palabras, frases, historias que definen su mundo narrativo, la manera en que ha mirado la vida y ha habitado el lenguaje. Quizá algunos no se animen a elegir, otros traten de guardarlo todo y unos cuantos tengan la tentación de olvidar el pasado, pero Juan Marsé es hombre de memoria prodigiosa y espléndido criterio.
Aquí está su Colección particular de nueve piezas especialmente revisadas para esta edición y prologadas por Ignacio Echevarría, unos relatos que han marcado el viaje del gran escritor a lo largo de los años, empezando por «Historias de detectives» y llegando hasta «Noticias felices en aviones de papel», sin olvidar el legendario «Teniente Bravo» o un cuento tan juguetón como «La liga roja en el muslo moreno».
A este destilado de narraciones le siguen unas piezas periodísticas donde vamos a rastrear lugares y personajes que luego iban a aparecer en sus novelas más importantes. Y finalmente, un texto inédito que cierra el volumen y abre nuevas puertas a la lectura de un maestro.
Reseñas:
«Las «aventis», el cine y su «aliento épico» (en palabras de Echevarría [encargado de la edición del presente volumen]), el humor o la sátira se entremezclan y configuran una especie de vademécum de la literatura del que es el escritor por excelencia del barrio del Guinardó.»
Beatriz Pérez, Fugas (La Voz de Galicia)
«Pequeñas y excelentes dosis del Marsé menos conocido.»
Jacobo de Arce, Marie Claire
Prólogo
Puede que, dicho así, de manera tan categórica y apriorística, el juicio carezca de valor, pero no quiero perder la oportunidad de declarar que considero a Juan Marsé el mejor narrador que ha dado la literatura española en muchas décadas. Empleo el término narrador en su acepción más clásica, la que sirve para nombrar, desde tiempos inmemoriales, al contador de historias. Una figura muy anterior a la del novelista, que -no debemos olvidarlo- es un tipo de narrador tardío, surgido al amparo del libro, de la imprenta. Se tiende a asimilar las dos figuras, la del narrador y la del novelista. Pero, aunque uno y otro se solapan con frecuencia, conviene advertir que no siempre pertenecen a la misma especie. De hecho, cabe pensar en novelistas que no son propiamente narradores (se me ocurre de pronto, por acudir a uno lo suficientemente conspicuo y cercano, Camilo José Cela). Hay mucha confusión en este terreno, demasiados malentendidos respecto a qué es narrar y qué novelar. Pero no es cuestión aquí de entrar a fondo en este asunto, sin duda enrevesado. Baste decir que Juan Marsé pertenece a la estirpe cada vez más rara de novelistas en los que se reconocen los rasgos de los narradores genuinos.
Tales rasgos suelen manifestarse más comúnmente entre los cuentistas. Y es lógico que así sea: al fin y al cabo, el cuento es un género mucho más antiguo que la novela, mucho más determinado por las viejas técnicas de la narración oral, por mucho que en sus modalidades modernas haya alcanzado niveles de sofisticación y hasta de complejidad comparables a los de aquélla. Es posible aún, entre los cultivadores del cuento, encontrarse con escritores en los que el viejo arte de narrar se preserva casi intacto, como fue el caso -excepcional, sin duda- de Isak Dinesen. Más difícil es que eso ocurra entre los novelistas, dado que la novela es un género mediado decisivamente por la escritura y su reverso, la lectura, y por eso mismo desentendido en buena medida de las condiciones que al narrador tradicional imponía la escucha atenta y continuada, con su imperativo de encanto.