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Asuntos metafísicos 47: la hipotética partícula que abriría el camino a la causalidad inversa.

Por 29 de abril de 2014 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Víctor Gómez Pin

Cómo garantizar que no hay influencia clásica.

Empecemos por refrescar algunos extremos ya avanzados:

Sean dos acontecimientos espacio temporales A, B.  Si  el intervalo temporal que va de la aparición de A a la aparición de B no es suficiente para que  la luz  cubra la distancia entre ambos, diremos que  estos acontecimientos se hallan espacialmente separados.  Así, si A ocurre a la hora cero y B un segundo más tarde y a 600000 kilómetros, un mensaje enviado por A, incluso a la velocidad de la luz, no llegaría a tiempo de determinar en modo alguno el acontecimiento  B.

 Si el intervalo que va de la aparición de A a la aparición de  B permite que una partícula  que se mueve a velocidad inferior a la de la luz cubra la distancia espacial que les separa, diremos que los  acontecimientos A y B se hallan temporalmente separados. Así, si A acontece a la hora cero y B un segundo más tarde a 150000 kilómetros, un electrón acelerado hasta  el cincuenta por ciento de la velocidad de la luz  llegaría justo a tiempo de determinar de alguna manera las características de B.

En fin,  si en el intervalo temporal que va del acontecimiento A al acontecimiento B,  la luz, y sólo la luz, cubriría exactamente  la distancia espacial entre ambos, diremos que  A y B se hallan separados por la luz. Así, si A acontece a la hora cero y B un segundo más tarde a 300000 kilómetros,  un fotón enviado desde A a B  llegaría justo a tiempo de determinar de alguna manera las características de B.

El problema se plantea con los acontecimientos espacialmente separados. Consideremos el caso de una distancia de 600000 kilómetros. Supongamos que tenemos razones de  sospechar  que  el acontecer de A (por ejemplo el hecho de medir la polarización de un fotón) tiene un efecto sobre las características de B. Para explicar esta influencia no cabe recurrir a la hipótesis de que desde A se ha enviado una partícula, por ejemplo contenedora de un mensaje encubierto, dado que  incluso un fotón (partícula por así decirlo nacida a la velocidad de la luz) llegaría  demasiado tarde.

Distancia espacial grande e intervalo temporal reducido hasta prácticamente la  simultaneidad: tal es la garantía de que entre un lado y el otro no hay influencia posible.  Ahora bien, la física cuántica tiene algo más que sospechas  para considerar  que, en determinadas circunstancias, esta influencia se ejerce: por un lado  tal influencia es concordante con sus propias previsiones; por otro lado  la constata experimentalmente. Mas, ¿cómo explicar el asunto? ¿como dar cuenta de este sorprendente lazo entre partículas que la distancia espacial debería proteger de toda influencia mutua?

 Una hipótesis sería la siguiente: A no ha influido en B mediante una partícula conocida que sólo puede desplazarse a velocidad igual o inferior a la luz, sino mediante una partícula que se trasladaría a velocidad superior a la de la luz y que respondiendo al significado de la palabra griega tachus, recibiría el nombre de tachyon.

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Víctor Gómez Pin

Victor Gómez Pin se trasladó muy joven a París, iniciando en la Sorbona  estudios de Filosofía hasta el grado de  Doctor de Estado, con una tesis sobre el orden aristotélico.  Tras años de docencia en la universidad  de Dijon,  la Universidad del País Vasco (UPV- EHU) le  confió la cátedra de Filosofía.  Desde 1993 es Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), actualmente con estatuto de Emérito. Autor de más de treinta  libros y multiplicidad de artículos, intenta desde hace largos años replantear los viejos problemas ontológicos de los pensadores griegos a la luz del pensamiento actual, interrogándose en concreto  sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Esta preocupación le llevó a promover la creación del International Ontology Congress, en cuyo comité científico figuran, junto a filósofos, eminentes científicos y cuyas ediciones bienales han venido realizándose, desde hace un cuarto de siglo, bajo el Patrocinio de la UNESCO. Ha sido Visiting Professor, investigador  y conferenciante en diferentes universidades, entre otras la Venice International University, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la ENS de París, la Université Paris-Diderot, el Queen's College de la CUNY o la Universidad de Santiago. Ha recibido los premios Anagrama y Espasa de Ensayo  y  en 2009 el "Premio Internazionale Per Venezia" del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti. Es miembro numerario de Jakiunde (Academia  de  las Ciencias, de las Artes y de las Letras). En junio de 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.

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