
Ficha técnica
Título: Literatura universal y literatura europea| Autor: Victor Klemperer | Traducción: Jorge Seca | Editorial: Acantilado | Colección: Cuadernos del Acantilado, 43 | Género: Ensayo / Estudios literarios | ISBN: 978-84-92649-61-7 | Páginas: 144 | Formato: 11,5 x 18 cm. | Encuadernación: Rústica cosida | PVP: 12,00 € | Publicación: Noviembre 2010
Literatura universal y literatura europea
Victor Klemperer
El 31 de enero de 1827, decía Goethe a Eckermann: «Cada vez me doy más cuenta de que la poesía es un bien común de la humanidad, que se manifiesta en todos los lugares y épocas. […] Hoy en día la literatura nacional ya no quiere decir gran cosa. Ha llegado la época de la literatura universal y cada cual debe poner algo de su parte para que se acelere su advenimiento». El concepto, fluctuante y ambiguo, de Weltliteratur, o Literatura universal, había nacido. Victor Klemperer, en este esclarecedor ensayo escrito en los momentos de tribulación de quien ve agrietarse los fundamentos de una cultura compartida más allá de los límites de lo nacional, sigue los avatares de la evolución de esta idea, del humus que la hizo posible y de su sentido último. Un recorrido en el que subyace, iluminada por la fuerza del espíritu, una idea moral de Europa.
I
«El descubrimiento del manuscrito de Königinhof,que nos da a conocer los vestigios de una época antigua y de un valor absolutamente incalculable, nos hace concebir esperanzas de que se produzcan otros descubrimientos similares», escribió Goethe en 1827 en una reseña de «poesía bohemia». Este descubrimiento estaba tan relacionado con los afanes personales a los que había dedicado fases muy importantes de su vida, que el manuscrito le llenó de inspiración para escribir un poema programático de amplios vuelos:
Wie David königlich zur Harfe sang,
Der Winzerin Lied am Throne lieblich klang,
Des Persers Bulbul Rosenbusch umbangt
Und Schlangenhaut als Wildengürtel prangt,
Von Pol zu Pol Gesänge sich erneun,
Ein Sphärentanz harmonisch im Getümmel,
Laßt alle Völker unter gleichem Himmel,
Sich gleicher Gabe wohlgemut erfreun!
[David cantaba regiamente al arpa, | el canto de la vendimiadora sonaba dulce junto al trono. | El bulbul del persa abraza amoroso con su canto el rosal | y la piel de serpiente destella en el cinturón del salvaje. | De polo a polo se renuevan los cantares, | una danza armónica de esferas celestes en el bullicio. | ¡Dejad que todos los pueblos bajo ese mismo cielo, | se regocijen plácidamente con el mismo don!].
Los editores del año 1840 dieron a estos versos el título de «Literatura universal», es decir, recurrieron a la acuñación del concepto y de la palabra que el propio Goethe había creado en aquel año de 1827 y que tan destacado papel desempeñó en los últimos años de su vida.
Ahora bien, entre quienes han intentado aclarar este ambiguo y fluctuante concepto de literatura universal reina una aleccionadora disparidad de opiniones acerca de si esa estrofa lleva con razón el título que se le asignó.
Richard M. Meyer lo niega, y no sin razón, alegando que debería haberse titulado «Poesía popular». De hecho, esa estrofa, en consonancia con su asunto, alude con todos sus ejemplos a creaciones populares, primitivas y exóticas, alejadas en el tiempo y en el espacio, y también a usos y costumbres poéticos, igualmente exóticos y distantes entre sí. Pero justamente de todo ello no hay ni la menor mención en las explicaciones de Goethe sobre el concepto de literatura universal. Resulta inequívocamente claro que en aquella época ya no consideraba la poesía popular enteramente y sin reservas entre la literatura propiamente dicha.