Skip to main content

Ficha técnica

Título: La casa del profesor | Autora: Willa Cather | Editorial: Cátedra | Colección: Letras Universales  | Fecha publicación: nov/2015 | Páginas: 296 | ISBN:  978-84-376-3481-4 | Precio: 17,40 euros

La casa del profesor

Willa Cather

CÁTEDRA

Willa Cather participa en la gran eclosión literaria y artística que se ha denominado de forma amplia modernismo y que representa el momento más brillante de las letras norteamericanas. Cather es una figura de transición entre dos mundos diferentes que encuentran su línea divisoria en la Primera Guerra Mundial, conflicto que marcó de forma indeleble a una generación de escritores y supuso el derrumbamiento definitivo de un viejo orden y el surgimiento de uno nuevo, caótico y extraño. El protagonista de «La casa del profesor» es un historiador especializado en la presencia española en el Nuevo Mundo y es en España donde experimenta la revelación que le inspirará la obra de su vida. Godfrey St. Peter está caracterizado como un híbrido cultural: su vida es un punto de convergencia donde lo hispánico se funde con lo anglosajón y lo nativo americano. Y como tal se erige en símbolo de diálogo interracial e intercultural. Fascinado por España y sus aventureros americanos, recrea la América precolombina a través de las ruinas de Mesa Verde.  

 

LA OBRA DE WILLA CATHER

     Uno de los mayores problemas con los que se han enfrentado los estudiosos de Cather es su emplazamiento dentro del movimiento modernista que domina las primeras décadas del siglo xx en la literatura norteamericana. Para Philip Gerber, establecer esa relación resulta crucial para un mejor entendimiento de su obra, a la luz del rechazo que muchos críticos contemporáneos muestran a incluir a la escritora en la nómina del modernismo:

por el contrario, esos críticos la clasificarían como una archiconservadora cuyas novelas eran demasiado simples, nada experimentales, y lejos de ser un desafío intelectual. Desde esa perspectiva, Cather aparece como irrelevante para el modernismo, ya que rechazó el presente a cambio de enfocar persistentemente sobre su propia nostalgia por un pasado heróico y perdido (Gerber, 116).

     Esta posición, sin embargo, es rechazada por otros críticos, que ven en la obra de Cather la quintaesencia del modernismo norteamericano. En esta línea, el estudio de Jo Ann Middleton, Willa Cather’s Modernism (1990), argumenta que, desde sus comienzos como escritora, Cather fue experimentalista, convirtiendo los silencios y las ambigüedades de su narrativa en instrumento eficaz para involucrar al lector en la escritura del texto que está leyendo, ya que le fuerza a rellenar los numerosos espacios en blanco según su propio criterio. Para Middleton, ahí reside la esencia modernista de la escritora. A lo largo de estas páginas se señalarán algunas características que apoyan la posición de Middleton. 

     En 1933 el crítico marxista Granville Hicks publicó un artículo, «The Case Against Willa Cather» («El caso contra Willa Cather»), en el que denunciaba el «romanticismo supino» de la escritora, así como su alejamiento de las tendencias «significativas» del momento. Para Hicks, las tendencias modernas en América se encontraban en el mundo urbano, la tecnología y la producción en masa: el mundo de Theodore Dreiser, Frank Norris y John Dos Passos. Cather, por el contrario, permanecia ajena al cambio del campo a la ciudad y la industria que había sufrido la civilización norteamericana y se empeñaba en ambientar su obra en espacios de frontera, por lo que resultaba desfasada y nostálgica (Reynolds, 7). Durante los años 30, la obra de Cather fue objeto de frecuentes comentarios en la misma línea, que subrayaban la fuerte tendencia al escapismo de la escritora.

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

profile avatar

Willa Cather

Willa Cather nació en Winchester (Virginia) en 1876, de una familia de origen irlandés, y pasó su infancia en Nebraska, en los años de la primera gran colonización de inmigrantes checos y escandinavos. Siempre activa y de espíritu independiente, estudió en la Universidad de Nebraska, donde se presentó, vestida de hombre, con el nombre de William Cather. Fue viajera, periodista, maestra, dirigió revistas; vivió durante cuarenta años con su compañera, Edith Lewis; y, cuando hubo ahorrado lo suficiente, se dedicó exclusivamente a la literatura. Admiradora de Flaubert y Henry James, así como de Turguéniev, Conrad y Stephen Crane, su primera novela, Alexander's Bridge, se publicó en 1912. Al año siguiente, con Pioneros (ALBA CLÁSICA núm. L) introdujo el que habría de ser uno de sus temas centrales: el mundo vitalista de los colonos en el que transcurrió su infancia. A ésta siguieron otras novelas como Mi Ántonia (1918; ALBA CLÁSICA núm. XXXV), One of Ours (1922), que mereció el premio Pulitzer, La muerte y el arzobispo (1927), Shadows on the Rock (1931) o Lucy Gayheart (1935; ALBA CLÁSICA núm. ) y algunas exquisitas nouvelles como Una dama extraviada (1923; ALBA CLÁSICA núm. LX) o Mi enemigo mortal (1926; ALBA CLÁSICA núm. XXXII), ejemplos de un modo de escribir complejo y personal que se ganaría la admiración de escritores como William Faulkner y Truman Capote. Es autora asimismo de un gran número de relatos, reunidos en Los libros de cuentos (ALBA CLÁSICA MAIOR núm. ), y de un delicioso libro de recuerdos y ensayos, Para mayores de cuarenta (1936; ALBA CLÁSICA núm. LV). Murió en Nueva York en 1947.

Obras asociadas
Close Menu