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Ficha técnica

Título: José Ortega Spottorno, un editor, puente entre generaciones | Varios Autores: Mercedes Cabrera, Juan P. Fusi Aizpurua, Francisco García Olmedo, José María Guelbenzu, Diego Hidalgo, Santos Juliá, José Lasaga Medina, Azucena López Cobo, y Javier Zamora Bonilla | Coordinadora: Mercedes Cabrera| Editorial: Alianza | Colección: Libros Singulares  | Formato: Estándar, Papel | Tamaño: 16,00 x 22,00 | Páginas: 376 | Fecha: nov-2016 |ISBN: 978-84-9104-548-9 | Precio: 25 euros | Ebook: 14,99 euros

 

José Ortega Spottorno

VV. AA. Varios Autores

ALIANZA

José Ortega Spottorno, el menor de los tres hijos de José Ortega y Gasset, compaginó a lo largo de toda su vida el empeño en conservar, difundir y, en su labor editorial, continuar la obra de su padre, reanudando las actividades de Revista de Occidente, e impulsando la creación de iniciativas propias.

Con un talante auténticamente liberal, laico y siempre discreto, fundó Alianza Editorial en 1966 y lanzó el diario El País diez años después. Tendió puentes culturales entre la generación de intelectuales, artistas y escritores que habían acompañado a su padre en las primeras décadas del siglo XX, la llamada Edad de Plata de la cultura española, y las generaciones más jóvenes que despertaban en la dura España de la posguerra y, sobre todo, las que crecieron y se educaron en los años cincuenta y sesenta, y fueron actores y protagonistas de la Transición a la democracia.

En este libro, coordinado por Mercedes Cabrera, que conmemora el centenario de su nacimiento, se ha recogido el análisis y testimonio de filósofos, historiadores y escritores, además de amigos, que le conocieron personalmente o cuyos trabajos de investigación han tenido como objeto el tiempo que le tocó vivir y sus empresas. También se incluyen escritos y documentos del propio Ortega Spottorno.

Como escribió Javier Pradera en su necrológica, José Ortega Spottorno, ese gran emprendedor en la sombra, tiene su lugar en el Olimpo de la fama entre esos hombres ilustres que «consagran vocacionalmente su vida a difundir, conservar o promover las obras ajenas».

 

Presentación

Mercedes Cabrera

José Ortega Spottorno dijo en más de una ocasión que su vida había estado marcada por décadas. Nació en 1916, y sobre ese año «de gracia y desgracia» escribió un artículo, «1916» (El País, 8 de junio de 1986, F Apéndice), en el que después de recordar el horror de la matanza de Verdún, rendía homenaje a otros cuatro personajes que nacieron aquel mismo año: el «poeta comprometido» Blas de Otero, «el violinista más grande del mundo» Yehudi Menuhin, el «dueño del castellano» Camilo José Cela, y F. H. Crick, el premio Nobel descubridor del ADN. Lo cerraba con la cita de un cúmulo de acontecimientos ocurridos en él, entre ellos el inicio de la decadencia del periódico que había publicado su abuelo, El Imparcial, fundado por su bisabuelo Eduardo Gasset y Artime y cuyo famoso suplemento, Los Lunes, dirigió su abuelo José Ortega Munilla, o el primer viaje de su padre, el filósofo Ortega y Gasset a Argentina. Toda una declaración de sus aficiones, de sus preocupaciones y de su enciclopédica curiosidad.

A José Ortega Spottorno le habría gustado saber que este año, 2016, en el centenario de su nacimiento, se celebran también los aniversarios de sus principales iniciativas, que jalonan las décadas que él señalaba como hitos en su vida: la tragedia de otra fecha, la de 1936, la vuelta de su padre a España en 1946. En 1966, la ampliación de actividades de Alianza Editorial permitió iniciar la publicación de El Libro de Bolsillo, gran éxito, que conmemora ahora su cincuentenario. Diez años más tarde, el 4 de mayo de 1976 salió el primer ejemplar de El País, el periódico lanzado por PRISA, que José Ortega había fundado cuatro años atrás. El País, la última de sus creaciones, cumple este año su cuarenta aniversario.

José fue el menor de los tres hijos de Ortega y Gasset. Era ingeniero agrónomo, entre otras razones porque su padre le aconsejó que estudiara una carrera técnica. No se arrepintió, la ejerció en contados momentos y guardó siempre el interés sobre los temas relacionados con ella. Además, otros ingenieros, compañeros de estudios o conocidos con posterioridad, le acompañaron y ayudaron de manera determinante en sus empresas. Pero, como contestó a Joaquín Soler Serrano en una entrevista en televisión, en mayo de 1976, en cuanto terminó sus estudios y pudo decidir por sí mismo, se dedicó «no a las hojas de las plantas sino a las hojas de los libros».

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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