Ficha técnica
Título: El fabuloso mundo de nada | Autor: Javier Mije | Editorial: Acantilado | Colección: Narrativa del Acantilado, 174| Género: Relatos | ISBN: 978-84-92649-52-5 | Páginas: 104 | Formato: 13 x 21 cm. | Encuadernación: Rústica cosida | PVP: 13,00 € | Publicación: Junio de 2010
El fabuloso mundo de nada
Javier Mije
Todo es tolerable si uno carece de imaginación, si sólo pulsa las teclas blancas del piano, no las negras que ocultan los sonidos más estridentes. ¿En qué momento la partitura se estrecha hasta el límite de una melodía monocorde, en qué momento la vida empieza a decidir por ti? Por estas páginas discurre el amor, la violencia, la soledad y el fracaso; transitan corazones desorientados, estrellas que siguen emitiendo dolor mucho después de apagarse, señales que advierten sobre el fin de los tiempos, relojes que se detienen invariablemente en la misma hora cruel. Un libro entre cuyos paisajes están los barrios residenciales del sur de Londres, un tren nocturno a Lisboa y la Barcelona más elegante, que desciende sin previo aviso al hedor de una barraca de feria.
El fabuloso mundo de nada es el segundo libro de Javier Mije después de El Camino de la oruga (Acantilado, 2003), conjunto de relatos articulados alrededor de Un juego de espejos, que obtuvo el Premio Unión Latina del Concurso Internacional de Cuentos Juan Rulfo 2000. Se trataba de narraciones breves en que unos personajes intentaban encontrar el sentido de la vida, de la existencia, en un día a día en que el dolor y las frustraciones una y otra vez les apartaban de la tan ansiada felicidad. En palabras del propio Mije «buena parte de lo que escribo surge del dolor, del asombro de cosas inconcebibles que nos rodean con naturalidad. Cualquier artista podrá identificarse con El grito de Münch: la expresión artística es un grito desesperado de asombro que busca oyentes».
«En mis cuentos trato de hablar también de la soledad, la incomunicación, las estrategias de poder, el desencanto, el paso del tiempo. De ese quiero y no puedo en que consisten la mayoría de nuestras relaciones», agrega el autor.
Mije-que rechaza cualquier adscripción a ninguna generación y defiende el «ejercicio individual y solitario de la escritura»- afirmaba hace años haber escogido el cuento corto «a pesar de la escasa atención que recibe en nuestro país, donde se le considera un género menor, un entrenamiento para obras futuras, un juego de poca revelancia». Sus narraciones, depuradas de toda artificiosidad y dotadas de una gran densidad y precisión, beben de los grandes especialistas de la narrativa breve.
La huella de Thomas Bernhard, Cheever, Carver e Ian McEwan es patente en la manera en cómo los protagonistas de sus historias luchan por resolver los desencuentros y fracasos de la vida. En una reciente entrevista para El Correo de Andalucía reconocía a la vez su pasión por Juan Carlos Onetti: «Otros reconocen a Borges o a Cortázar como sus influencias, yo siento una sintonía total con el maestro uruguayo por su pesimismo y su lucidez. No me cabe duda de que cuentos suyos como Bienvenido, Bob o El infierno tan temido dicen tantas cosas de la condición humana como una novela de mil páginas».
El vacío existencial y la insatisfacción crónica característicos de la generación nacida en España a principios de los años setenta del siglo pasado parece sobrevolar gran parte de los relatos de Javier Mije: «Sí, no hay duda de que existe un contraste entre las posibilidades que tenemos, la libertad para elegir con que hemos crecido, y nuestra dificultad para ser felices. Por otro lado, creo que parte de culpa la tiene el hecho de que el concepto de pareja se nos ha quedado bastante estrecho, con lo ancho que es hoy el mundo».
Respecto a la ambientación de sus relatos, casi ninguno de ellos tiene lugar en Sevilla, su ciudad natal, y sí en cambio en Barcelona, Londres, Mallorca o Lisboa. «Me cuesta escribir sobre mi espacio cotidiano», dice. «Y creo que Sevilla tiene demasiada personalidad como escenario de la literatura. Temo que si ambiento aquí una de mis ficciones, la ciudad cobraría demasiado protagonismo. No se puede decir Sevilla sin que el lector rellene la página con mil imágenes de su cabeza», explica.
LAS TRES Y DIEZ
gira corazón, gira corazón.
tengo.