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Blogs de autor

Una pantalla de siete pisos

Por 9 de enero de 2008 Sin comentarios

Marcelo Figueras

Ayer fui a ver una película al IMAX por primera vez. Hace algunos años había visto uno de esos documentales típicos en un IMAX de los Estados Unidos, pero nunca un film de ficción. La experiencia me dejó fascinado.

La característica principal del sistema son las dimensiones de su pantalla. No se trata de la tradicional pantalla rectangular en sentido apaisado, sino de una de un alto inusual, más propia de un edificio de siete pisos que de un cine: es casi como enfrentarse a un muro enorme, un lateral de ese edificio virtual. En algunos casos, como en el de la reciente Beowulf, la experiencia se complementa con la visión en 3D. Aquellos que deliramos por el cine estamos enganchadísimos con el formato rectangular, cuanto más apaisado -más cinemascope mejor. Pero no puedo dejar de admitir que ese marco que amamos es una elección tan caprichosa como cualquier convención: maravilloso para componer imágenes, pero poco conectado con la experiencia humana. En cambio la pantalla de cualquier IMAX sugiere que, antes que estar viendo una película, estamos siendo testigos privilegiados de algo que está ocurriendo de verdad, delante de nuestra vista. Se me ocurre que la imagen mental que construimos con la colaboración de ambos ojos es, como la pantalla del IMAX, tan alta como ancha. Y que por eso avanza por sobre las convenciones del cine, sugiriéndonos la contemplación de algo que se parece más a la experiencia pura -aun cuando tengamos claro que sigue tratándose de una película.

/upload/fotos/blogs_entradas/soy_leyenda_med.jpgLo que vi fue Soy leyenda, una película que podría haber estado muy bien si se hubiese atenido más a la novela original de Richard Matheson, pero que se desbarranca en la segunda mitad al convertirse en un vulgar film de vampiros. Pero la presentación de esa New York deshabitada quita el aliento, al menos en el IMAX: es como estar allí, contemplando los pastos que crecen en las rajaduras de la Quinta Avenida. Lo que me fascinó fueron los seis minutos de The Dark Knight que proyectaron, a modo de bonus, antes de Soy leyenda. Cuando dos ladrones cruzaron una calle por lo alto mediante un cable, sentí que me caía. (La presentación del Joker interpretado por Heath Ledger me encantó, dicho sea de paso. Sobre todo el momento en que se quita una careta para revelar su verdadero rostro -con la pintura a que estamos acostumbrados pero totalmente borroneada, lo que le da un aspecto siniestro- y parafrasea a Nietzsche de esta manera: "Lo que no nos mata nos hace más… extraños".)

No estoy sugiriendo que haya que olvidarse de las pantallas convencionales y quedarse con el IMAX. Tan sólo digo que ofrece al espectador cinematográfico vértigos y posibilidades nuevas. Lo más probable es que tienda a usárselo para grandes producciones, como Beowulf, Soy leyenda y The Dark Knight -hay mucho 3D en nuestro futuro-, pero esa sensación de estar contemplando lo que ocurre desde una proximidad mayor a la que estábamos habituados también debería producir efectos interesantes en un relato intimista. Bergman en el IMAX, por lo pronto, se volvería prácticamente intolerable.

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Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

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