Javier Rioyo
Muchas veces me gustan tanto o más los heterónimos que los verdaderos
autores. Es posible que los verdaderos sean los inventados. Y me gustan
muchos escritores que usaron, y algunos que siguen usando, un heterónimo
porque, entre otras cosas, les permite ser otros. Y muchas veces mejores,
más divertidos, más sarcásticos, menos severos -o más moralistas, que de
todo hay- que sus creadores.
Conocía algún libro del venezolano Eugenio Montejo. Lo conocía como poeta
aunque sabía de otros libros suyos. Ahora llega un delicioso, inteligente y
mixto libro de Montejo, y de su heterónimo llamado Blas Coll. El libro,
publicado en Pre-Textos, se llama El cuaderno de Blas Coll y dos colígrafos
de Puerto Malo.
En los cuadernos de Blas Coll se encuentran muchas reflexiones metafísicas,
lingüísticas y poéticas. Y siempre se encuentra la razón irónica. Por
ejemplo:
"Seguir llamando «caballero» a alguien que nunca ha montado un caballo,
constituye un exabrupto de flagrante inexactitud. Por esa razón nunca entro
en los baños públicos cuya puerta señala tal letrero, aun cuando de tiempo
sienta necesidad de visitar los retretes".
No sólo de las reflexiones de Coll se alimenta el libro. También hay poemas.
Y una especie de homenaje ramoniano, de greguerías de nuevo cuño:
"Un pájaro que tomase conciencia, en medio de su canto, de lo que
verdaderamente hace, ya no sería un pájaro sino un Mozart"
¿Supo Mozart que era Mozart?…Pudo intuirlo, pero ni ser Mozart en su
tiempo aseguraba que te pudieran escuchar, representar, aplaudir o pagar
tanto como al exitoso, el valenciano europeo, Martín i Soler. Envidiado
entonces por Mozart. Después olvidado por todos, por casi todos. Y rescatado
felizmente hace pocos años gracias a que Mozart recogió un tema de Martín i
Soler en "Don Giovanni".
¿Sabe Montejo que es Montejo? Quizá lo sepa y espero que le guste. No es, no
será, el vendedor llamado Ken Follet, pero no estaría mal que algunos, al
menos unos miles se enteren de que existe. Otro día hablamos de Follet.
Hoy seguimos, y terminamos, con Montejo:
"Cuando muevo un peón en el tablero, a quien estoy defendiendo es a mi Rey".
Me voy, que estoy de dieta…no quiero dejar al Municipio, ni al Estado, el
coste de una estatua tan voluminosa..yahoo.com.mx/